La factoría de Almussafes es una de las más competitivas de Europa por su capacidad para producir hasta cinco modelos diferentes de vehículos y conseguir unos costes laborales inferiores a los de Alemania o Reino Unido. Pero mantener su actual carga de trabajo y plantilla directa -casi 8.000 puestos de trabajo- dependerá, tal como reconocen fuentes de la planta valenciana, de la próxima adjudicación de vehículos eléctricos y del reparto que haga la multinacional de sus plantas de motores.

La multinacional estadounidense pretende invertir unos 10.000 millones de euros para el desarrollo de 40 coches híbridos enchufables y eléctricos de aquí al año 2022 en sus fábricas de todo el mundo. Con todo, la dirección de Ford Europa -que el pasado jueves se reunió con el comité de empresa para anunciar su plan de reestructuración que comenzará en Alemania, Reino Unido y Rusia- no ha entrado en detalles sobre la distribución de esas versiones de vehículos limpios de emisiones.

La «inquietud» es grande en Almussafes -incluido en las empresas auxiliares de la automoción, que emplean a unos 25.000 trabajadores- porque la multinacional reducirá capacidad de producción en Europa ante la previsible caída de ventas durante los próximos años. Quiere volver a ser rentable y reducir costes. Hasta la fecha, la fábrica valenciana tiene garantiza la producción del nuevo Kuga tras la inversión de 750 millones de euros que ha puesto en marcha la firma del óvalo y que representa el 50 % de su actual caga de trabajo (unos 1.84o unidades al día).

La apuesta de futuro de Ford Europa es por los vehículos comerciales (furgonetas), todocaminos y versiones de eléctricos e híbridos. Pero no así los movolúmenes, como el C-Max, que dejará de producir en Alemania. En ese segmento están el Galaxy y S-Max, fabricados en València aunque sólo representan el 10 % de su carga total de trabajo; es decir unos 400 empleos.

Planta de motores

Ford también debe despejar el futuro de sus plantas de motores en el viejo continente. La de Almussafes perdió en 2018 un turno de trabajo y emplea a 270 trabajadores. Los propulsores se exportan sobre todo a Estados Unidos, donde también ha optado por los vehículos grandes y no considera rentable la fabricación de los de gama media y pequeños.