Francisco Polo se ha reunido en València con cuarenta representantes del sector tecnológico para comprobar de primera mano las necesidades de las startups. El secretario de Estado para el Avance Digital cree que València está bien posicionada, pero apuesta por una mayor interconexión con el resto de polos de emprendimiento en España. Una de sus prioridades es crear una red de aceleradoras públicas para extender el impulso tecnológico a todo el país y que no se concentre en Madrid y Barcelona. Francisco Polo está convencido de que el sector tecnológico debe ser la punta de lanza de la economía.

¿Cuál es su plan para afrontar la revolución digital?

Queremos que nos reconozcan como la próxima nación emprendedora. Tenemos un proyecto para conseguirlo antes de 2030. El objetivo es que haya más empleos estables, y empresas más productivas y mejor preparadas para combatir las próximas crisis económicas.

¿Cómo lo quieren hacer?

Queremos tomar al sector tecnológico como el rompehielos de un nuevo modelo económico para que tire de la economía junto con el resto de sectores. El plan también busca cerrar brechas sociales. Una gran parte de las medidas están pensadas para retener, atraer y desarrollar el talento de las mujeres.

El concepto de nación emprendedora está vinculado a Israel. ¿Qué puede aprender España de Israel?

Podemos aprender mucho de las buenas experiencias de Israel, pero también de Estados Unidos o de Reino Unido. En realidad, no queremos parecernos a nadie. Pablo Casado dijo el domingo que quería que España se convirtiera en el nuevo Silicon Valley. Yo me pregunto si alguna vez ha estado en San Francisco. Cuando sales de las oficinas de una gran empresa te encuentras a decenas de personas durmiendo en la calle. Allí los alquileres valen miles de dólares. Nosotros no queremos ese modelo. Queremos una nación emprendedora que tenga el mayor impacto social que hayamos visto en la historia.

Volviendo a la pregunta... ¿Qué se puede aprender de Israel?

Israel es un país pequeño que por sus circunstancias políticas no tenía socios con los que comerciar. Se vio abocado a buscar mercados globales. El reto de las startups en España es la internacionalización. El objetivo tiene que ser que la empresa se haga grande y que compre otras compañías en el exterior, y no al revés. Tenemos que aprender de Israel esa vocación de vender fuera y mantener la sede en el país.

¿Qué medidas están adoptando para convertir a España en una nación emprendedora?

El primer paso es la ley de startups, una de las demandas del sector del emprendimiento.

Dentro de esa ley, ¿van a limitar la burocracia?

La ley de startups tiene que ser el marco normativo para un nuevo fenómeno. El sector demanda que eliminemos las barreras administrativas para la atracción del talento y capital, que reformemos las stock options (retribuciones en acciones) para captar el talento extranjero cuando todavía no está claro si una idea va a salir adelante, y que favorezcamos la inversión inicial de los business angels a través de incentivos fiscales.

¿Están dispuestos a mejorar la fiscalidad?

Sí, sí. En el Reino Unido existe un modelo que busca generar un buen sistema de incentivos para los primeros inversores que les permite compensar las pérdidas de la inversión. Incentiva a invertir en nuevas startups. Ese es un modelo que parece interesante.

Otro problema es que los inversores extranjeros necesitan un NIE (Número de Identidad Extranjero) que se demora bastante. ¿Trabajan para eliminarlo?

Esa traba es de las más complejas y de las más imperiosas. Es difícil de entender que un extranjero quiera invertir en una startup española y que tenga que hacer una serie de trámites burocráticos que no le piden otros países incluso de la Unión Europea. Tenemos que hacer un esfuerzo para equipararnos a los países de nuestro entorno y no perder la captación de capitales.

¿Cómo se puede atraer a los fondos?

En primer lugar hay que ver cuál es la narrativa del país y por eso queremos convertir a España en una nación emprendedora. Al final, los fondos de capital riesgo son personas que observan el tablero internacional y saben que hay países más interesantes que otros. Tenemos que decirles que España es un país que quiere ponerse a la vanguardia del emprendimiento tecnológico. Después se pueden tomar medidas concretas como eliminar las barreras para que la inversión llegue.

¿Qué potencial tiene València frente al resto de España?

España es muy afortunada porque a diferencia de otros países tiene dos grandes ciudades posicionadas. Barcelona está en el top cinco de ciudades para el emprendimiento y Madrid en el top diez. Hay mucha gente con poca visión que dice que no hay que hacer nada y dejar que las cosas sigan para adelante. La visión que tiene el Gobierno es que no queremos un país desvertebrado. Queremos un país muy cohesionado que dé las mismas oportunidades a todo el mundo y a todas las ciudades. Buscamos que haya un buen ecosistema de ciudades que estén interconectadas y que se retroalimenten unas a otras para conseguir que España sea una «Startup Nation». València está fantásticamente bien posicionada. El lunes me reuní con cuarenta emprendedores valencianos y comprobé el grado de madurez del ecosistema. València es el mejor ejemplo de la colaboración publico-privada para crear un ecosistema potente. Esto da lugar a espacios como Lanzadera. Hay miembros de la Administración en València que tienen un conocimiento muy profundo de las prioridades y que entienden perfectamente lo importante que es tener una estrategia de país.

¿Qué le hace falta a València?

Yo creo que no le falta nada. València está en la dirección correcta. Va con muchísima velocidad. El hecho de no estar en el foco le permite hacer las cosas bien. A nivel estatal sí se le puede aportar algo más. Nosotros no queremos tener solo dos polos de emprendimiento en el país. Queremos tener una red articulada de centros de emprendimiento. Una de las medidas es crear una red de incubadoras y aceleradoras del Estado que conecte los ecosistemas de Madrid y Barcelona con los del resto de capitales de provincia. El objetivo es que el Estado ponga a disposición los espacios físicos que tenemos y que consigamos a través de alianzas con grandes empresas tecnológicas proveer servicios y que haya una verdadera conexión con los emprendedores de Barcelona y Madrid con los de València o Bilbao.

¿Cómo va a afectar la digitalización a la movilidad?

La digitalización ofrece más oportunidades a la gente. En algunos mercados se genera competencia y eso es bueno para el usuario. Ahora ya no tienes que plantearte tener un coche porque lo puedes alquilar por unas horas para moverte por un casco urbano o ir de una ciudad a otra.

¿Habrá menos propietarios de coches?

Es una tendencia que ya estamos viendo. Los grandes fabricantes de coches son los primeros que ofrecen servicio de coche compartido o de alquiler por horas. Vamos a pasar de poseer las cosas a hacer un uso más eficiente.

¿Cómo va a cambiar el campo con esta revolución digital?

Es uno de los terrenos donde desde el Gobierno somos más optimistas. La digitalización del campo es una de las oportunidades más grandes que tiene nuestro país. España es una de las grandes potencias mundiales de agroalimentación. El Gobierno va a hacer un esfuerzo especial para impulsar la digitalización del campo.

¿Qué va a suponer el despliegue del 5G?

Va a pasar como cuando se lanzaron los primeros teléfonos inteligentes, que pensábamos que solo eran teléfonos y sin embargo han transformado la economía. El 5G es algo más que mayor velocidad de transferencia de datos. Permite la conexión de los aparatos entre ellos y que un médico que está en España opere a distancia a una persona en Estados Unidos porque los instrumentos se mueven en tiempo real en un lugar y en otro. Van a mejorar los sistemas de logística y permitirá el transporte autónomo. España va a ser uno de los primeros países que va a desplegar esta tecnología.

España es líder en despliegue de fibra. ¿Está aprovechando el país ese potencial?

España tiene más fibra desplegada que Reino Unido, Alemania y Francia juntos. Pero, honestamente, si solo el despliegue fibra llevara al crecimiento económico ya seríamos un país puntero. Eso significa que hay algo que no estamos haciendo. Nosotros queremos que dentro de esa fibra se construya la nación emprendedora.