Bankia quiere seguir en solitario. El presidente del banco, José Ignacio Goirigolzarri, aseguró ayer que no se está planteando ninguna operación de fusión con otra entidad en los próximos años, frente a los rumores surgidos en las últimas semanas que apuntan a que el banco podría optar por esta fórmula para acometer su privatización.
Así lo señaló Goirigolzarri durante la presentación anual de resultados de la entidad. Defendió que la idea de Bankia es cumplir con su plan estratégico y con la distribución de 2.500 millones de euros a sus accionistas «sea cual sea el entorno de tipos de interés». «Cuando hablábamos de una distribución de 2.500 millones de euros a los accionistas dejábamos claro que eso era mejor que cualquier proceso de integración y mantenemos esa posición. No hay una operación encima de la mesa ni sobrevolando la mesa; la idea es cumplir nuestro plan con el perímetro actual», indicó.
Respecto a la posibilidad de fraguar nuevas alianzas en determinados negocios, el presidente de Bankia sí ha señalado que el banco «siempre está abierto» a analizar nuevas actividades y posibles alianzas con terceros que aporten su experiencia, aunque en este momento tampoco hay ningún plan sobre la mesa.
Retraso en la privatización
Actualmente, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) cuenta de forma directa e indirecta, a través de BFA Tenedora de Acciones, con una participación en Bankia del 61,4%. El Gobierno ha retrasado dos veces el plazo para desprenderse de esta participación.
En este sentido, Goirigolzarri destacó que en ambas ocasiones se ha hecho referencia al objetivo de maximizar la devolución de las ayudas concedidas, que ascenderá a 3.083 millones de euros una vez se efectúe el pago del dividendo con cargo al ejercicio 2018, y reiteró que el pasado año «no era el mejor momento para privatizar», debido a los bajos precios de mercado tanto de las acciones de Bankia como del sector bancario en general, indicó el presidente de Bankia, que ayer anunció que obtuvo un beneficio atribuido de 703 millones de euros en 2018, lo que supone un incremento del 39,2% respecto a 2017, tras la incorporación de BMN.
Goirigolzarri descartó que el sector inmobiliario español esté experimentando una nueva burbuja. Explicó que las estadísticas de compraventas de vivienda y de concesión de hipotecas están muy alejadas de los máximos de antes de la crisis. En concreto, indicó que el número de visados de nuevas viviendas se sitúa en 96.000, frente al máximo de 885.000 del 'boom', cuando el número de hipotecas concedidas alcanzó 1,35 millones, frente a las 340.000 de 2018. «Se está dando una evolución positiva, pero nada tiene que ver con los números que teníamos en los picos, que obviamente nadie desea que se vuelvan a producir», dijo Goirigolzarri, quien no cree que el sector está «nada cercano a algo que se pueda llamar burbuja».
