El colectivo del taxi valenciano realizó ayer una demostración de fuerza al trasladar a Madrid 500 vehículos con 1.200 profesionales a bordo. De alguna forma, es un aviso a navegantes sobre lo que podría pasar en València. En estos momentos se libra en la capital de España una batalla entre el taxi y la administración para regular el sector de las VTC, los vehículos de alquiler con conductor que utilizan plataformas tecnológicas como Uber y Cabify, y que les hacen la competencia directa.

Hay dos escenarios posibles. El primero, el de Cataluña, donde el Govern ha decidido regular en virtud de las competencias que transfirió Fomento a las autonomías hace unos meses y fijará una hora de tiempo de carencia entre la contratación del servicio y la recogida del pasajero. Algunos operadores anuncian su salida si se sustancia esta propuesta. En Madrid, sin embargo, el Gobierno autonómico se niega a regular esa precontratación, lo que ha llevado al taxi a endurecer las protestas.

En València, la Conselleria de Transporte está ganando tiempo, con un ojo en Madrid. Hasta el 31 de enero está abierto un periodo de consulta previa para que el sector realice sus aportaciones, como punto de partida para un reglamento que regule a Cabify y Uber.

El Consell está decidido a regular las condiciones de precontratación, solicitud de los servicios, captación de clientes, recorridos mínimos y máximos y horarios, entre otras materias. Sin embargo, no aclara hasta dónde está dispuesto a llegar. Primero, las aportaciones, insisten.

El taxi valenciano, especialmente sensible tras el reciente aterrizaje de Uber, ha realizado una propuesta de máximos. Reclama hasta doce horas de tiempo desde la precontratación, aunque según apuntan fuentes del sector, una propuesta de una hora como la de Barcelona se vería con buenos ojos. Además, su propuesta incluye una distancia mínima de tres kilómetros a las zonas consideradas de gran afluencia de público, como hospitales o estaciones. También, la prohibición de permanecer estacionados en la vía pública, salvo que estén contratados; y que sean considerados vehículos de lujo, con unos mínimos de potencia y de capacidad, apunta Fernando del Molino, presidente de la Confederación de Taxistas Autónomos de la Comunitat Valenciana.

Desde el ámbito de las VTC, la patronal Unauto reclama más flexibilidad para el taxi como vía para garantizar la competencia, en lugar de restricciones a las VTC. En este sentido, su propuesta reconoce el monopolio de la contratación en la calle para el taxi, y mantener la actual precontratación , sin exigencias de tiempos mínimos.

Igualmente, piden para los taxis mayor flexibilidad horaria, frente a las restricciones actuales; permitir que tanto taxis como VTC puedan realizar viajes compartidos o permitir precios libres sin tarifas para el taxi cuando se realice precontratación telemática.