Naturgy, antigua Gas Natural Fenosa, ha saldado su primer ejercicio bajo nueva marca y con Francisco Reynés al frente de la compañía, con unas pérdidas de 2.822 millones de euros tras la depreciación de activos de generación de electricidad por 4.851 millones. Las pérdidas se contraponen con las ganancias de 1.360 millones que tuvo en 2017, entonces como Gas Natural Fenosa, y se deben a la revisión del valor de sus activos que ya anunció la compañía cuando presentó su plan estratégico el pasado mes de junio.

Sin ese ajuste contable, el resultado neto ordinario de Naturgy hubiera sido de 1.245 millones de euros, un 57 % superior al neto ordinario de 2017, de 793 millones. En la rueda de prensa de presentación de resultados, Reynés ha indicado este miércoles que 2018, en que cambió el nombre de la compañía y se presentó un nuevo plan estratégico, ha sido un año de transformación y de «sentar las bases» y que 2019 será «de cumplimiento», y se verá una mejora más sustancial de resultados.

El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, comentó que, por fin, «alguien», en alusión a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, «ha cogido el toro por los cuernos» y va a plantear un calendario para el cierre de las centrales nucleares.

Por otro lado, Reynes defendió el compromiso de retribución del grupo con sus accionistas y ha asegurado que «no se va a descapitalizar la compañía» con ese nivel de dividendo previsto en su plan estratégico para el periodo 2018-2022.