Primero Europa, luego América y ahora África. El proceso de internacionalización de la constructora valenciana Torrescámara es imparable. La compañía firmó el pasado diciembre un acuerdo con la financiera Groupe-A, de las Comores, en el sureste de África, a través del cual se va a convertir en su socio como constructor en en África Suroriental y Medio Oriente.
El presidente de la compañía, Juan Cámara, explicó a este diario que Groupe-A, una compañía procedente de un país del área musulmana, trabaja sobre todo en Sudáfrica, Mozambique y los Emiratos Árabes Unidos (EAU). «Se dedican a financiar proyectos», explicó el empresario, quien añade que la firma de las Comores «quería un constructor como socio para desarrollarlos». Las conversaciones se iniciaron hace un año.
Una vez firmada la alianza, las dos partes han comenzado ya el estudio de algunos proyectos que pueden desarrollar de forma conjunta, si bien aún no han concretado ninguno de ellos. La firma de las Comores tiene buenos contactos con fondos de inversión árabes y franceses. Los proyectos en los que está interesada Torrescámara coinciden con las necesidades más perentorias de las dos zonas en las que se sustanciará el acuerdo, dado que el grupo valenciano está especializado, entre otras áreas, en las infraestructuras agrícolas e hidráulicas.
La alianza se produce después de que Torrescámara haya finalizado su primer gran trabajo en la zona de Oriente Medio. Se trata, concretamente, de su participación como subcontratada en el tren de alta velocidad de La Meca, en Arabia Saudí.
Con esta nueva estrategia, la firma valenciana de obra pública aumenta su diversificación, ya que tradicionalmente su acción exterior, que ganó peso con la llegada de la crisis a España, se había centrado en Latinoamérica. De allí, en realidad, siguen llegándole los contratos más jugosos, en países como Perú y Colombia, su gran caladero durante los años más duros.
En este último país, la contratista valenciana se ha adjudicado recientemente las obras de construcción de la Avenida del Rincón, unos accesos a la capital Bogotá.
La actuación, promovida por el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) de la Alcaldía Mayor de Bogotá D.C., tiene un importe de 41 millones de euros y consiste en la construcción de dos calzadas con dos carriles por sentido de 2,35 km de longitud y la intersección con la Avenida Bocayá, que incluye tres puentes de 335 metros de longitud total para conectar con la calle 127, además de obras complementarias.
Vuelta al ladrillo
Para este 2019, Juan Cámara tiene la mirada puesta en el contrato que el Gobierno colombiano debe sacar a concurso para la construcción del primer tranvía de Bogotá. El Gobierno compró el diseño del consorcio valenciano formado por esta firma, Stadler y FGV, lo que les da cierta ventaja en el proceso público.
Mientras tanto, la recuperación de la actividad inmobiliaria también está beneficiando a empresas como Torrescámara. La firma se ha adjudicado la construcción del «Residencial Ópera» para la promotora Metrovacesa.
Las obras están situadas cerca de la playa de Puerto de Sagunto, y consisten en 54 viviendas plurifamiliares, de 2 a 4 dormitorios, garajes, trasteros, piscina comunitaria y zonas comunes con jardín y juegos infantiles.
