Parece que Intu Mediterrani, salvo nueva sorpresa, llegará vivo a las elecciones. El proyecto de centro comercial y de ocio impulsado por el grupo británico Intu ha salvado el primer match ball de Compromís que sobrevolaba sobre su segundo intento para obtener licencia.

El pasado 8 de enero, la Dirección General de Evaluación Ambiental de la Conselleria de Medio Ambiente emitía una resolución en la que abría la posibilidad de «inadmisión» del cambio en el planeamiento urbanístico que promueve Paterna para acoger estar gran infraestructura comercial.

Sus razones eran similares a las que ya motivaron en septiembre de 2016 que la primera versión de Puerto Mediterráneo fuera rechazada por el órgano ambiental: la ocupación de la zona de protección de cien metros de la colindante autovía CV35. Medio Ambiente amenazaba con abortar el proyecto antes incluso de que empezara a tramitarse, antes de que las administraciones afectadas emitieran sus informes a partir de la nueva documentación.

Finalmente, la conselleria ha aceptado las promesas de enmienda del promotor y de Paterna. Medio Ambiente comunicó ayer al alcalde Juan Antonio Sagredo, que, tras aceptar las alegaciones, se abre un «expediente de evaluación ambiental estratégica» y se da al consistorio tres meses para que presente la nueva documentación con la información corregida. «Estamos en la fase cero de la tramitación», apuntan desde la conselleria.

Para pasar al inicio del periodo de consultas, Paterna aún deberá presentar los cambios prometidos en su escrito de alegaciones. En concreto, Intu explica que, para resolver el reparo planteado, se va a eliminar de esa zona de protección de cien metros el encauzamiento del Barrando d'Endolça. La canalización se incluirá dentro del ámbito terciario con lo que Intu reduce sus dimensiones en otros 47.000 metros.

Porn y Patsecova, otras dos balas

El camino del proyecto en su segundo intento frente a la administración está siendo especialmente tortuoso. Al conato de rechazo de Medio Ambiente, se une la tramitación de dos normativas que chocan frontalmente con la viabilidad del macrocentro. Una es la reforma del plan de recursos del Turia, que impide el proyecto; la otra, el nuevo plan sectorial del comercio, de la Conselleria de Economía, también de Compromís, que veta los centros de gran tamaño como el que propone Intu.