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Transformación tecnológica

Luis Garicano: "Los trabajos rutinizables están en riesgo"

El responsable de Economía de Ciudadanos aboga por encauzar la revolución digital para aprovechar sus beneficios

El economista Luis Garicano. Pilar Cortés

La revolución tecnológica está cambiando nuestra forma de acercarnos a la realidad, incluida la que tiene que ver con una actividad, el trabajo, fundamental en la vida de hombres y mujeres. Pero las incertidumbres atraviesan el panorama laboral de muchas profesiones. Miedos que el populismo trata de explotar en Europa con recetas basadas en emociones negativas, como expone en su último libro el responsable de Economía de Ciudadanos, Luis Garicano. "Hay que luchar tanto contra el populismo como contra sus causas y eso requiere políticas que permitan una redistribución de la riqueza", resume.

En 'El contrataque liberal' (Ediciones Península), Garicano traza un retrato preocupante para determinados empleos, sobre todo para aquellos con desempeños manuales y tareas repetitivas. "Hay un tipo de trabajos que están en riesgo, que son los que contienen tareas rutinizables", indica, citando como ejemplos los que se realizan en sucursales bancarias, compañías de seguros y cadenas de montaje industrial. Profesiones ocupadas de manera histórica por sectores de las clases medias y cuya progresiva sustitución por mecanismos digitales están trayendo el desasosiego a las sociedades occidentales.

"Hay que luchar tanto contra el populismo como contra sus causas", dice el economista, que presenta nuevo libro, 'El contrataque liberal'"

"Lo que estamos hasta viendo ahora [de la transformación digital] es que está destruyendo empleos, pero no crea riqueza. Estamos comprobando lo que decía un ejecutivo de Silicon Valley: 'Pensábamos que el futuro nos iba a traer coches voladores, pero de momento solo nos ha traído los 140 caracteres de Twitter'", subraya Garicano. No obstante, los cambios también pueden conducir a un escenario beneficioso: "La gran paradoja de toda esa transformación es que cuanta más destrucción de empleos suponga más creación de riqueza va a provocar". ¿La razón? La productividad crecerá y los costes de producción disminuirán, lo que va implicará, a su juicio, que los hogares tengan más capacidad de gastos porque los precios de los bienes y servicios también van a ser más bajos.

En 'El contrataque liberal', Garicano expone sus ideas para reflotar la economía y atajar los populismos.

Pero lo que se está viendo en la coyuntura actual no permite ser tan optimista. La inquietud es notable en profesiones que no terminan de hallar una senda futura. Es aquí donde los partidos populistas han visto caminos de crecimiento, aprovechando el vértigo de muchas sociedades ante un mundo en constante cambio. "Los partidos populistas han triunfado a base de utilizar las emociones negativas que se derivan del cambio tecnológico. Yo propongo emplear emociones positivas, como un patriotismo coherente y respetuoso con la diversidad. Hay que tomar medidas para luchar tanto contra el populismo como contra sus causas. Tenemos que asegurar la redistribución de esa riqueza y mantener a los trabajadores conectados a sus empleos", resalta.

"Los partidos populistas han triunfado a base de utilizar las emociones negativas que se derivan del cambio tecnológico"

Para lograr estos objetivos, Garicano defiende reforzar el papel de las instituciones europeas, en parte porque el margen de actuación de los Estados en materias como la fiscal es "limitado". La tributación es cuestión fundamental en lo concerniente a la nueva economía, como se aprecia en los difusos mecanismos que algunas multinacionales, en especial las que trabajan en el ámbito de las nuevas tecnologías, aplican para pagar impuestos allí donde obtienen su riqueza.

El economista cree que Europa no ha sabido dotarse de métodos que permitan regular mejor ese aspecto. "Desde finales de los 90, Europa se ha ocupa de dos temas que van al corazón de las preocupaciones de los ciudadanos: El Tratado de Schengen, que unifica fronteras y requiere políticas monetarias distintas, y el euro, que obliga a Bruselas a diseñar medidas monetarias y fiscales de forma conjunta. Ha habido una crisis migratoria y otra económica que Europa no ha sabido resolver bien", dice Garicano, que reclama aplicar políticas "reguladas" que produzcan beneficios a los ciudadanos y que aseguren una transición positiva para todos.

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