La querencia de los valencianos (y residentes) por el ladrillo no tiene límites. Una década después del inicio de la crisis, provocada en buena medida por la desaforada inversión en viviendas, la compraventa de inmuebles vuelve a dispararse. De hecho, ha alcanzado niveles desconocidos desde 2008. El Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo público ayer el balance de todo 2018 y la Comunitat Valenciana vuelve a ser pujante en este sector, lo que da pie a preguntarse si se está larvando otra burbuja.

Los datos son incuestionables. La compraventa de viviendas en la autonomía se situó al cierre del año pasado en las 78.800 unidades. Se trata de un incremento del 14,7 %, superior al 10,1 % registrado por el conjunto de España. Solo cuatro autonomías experimentaron un alza por encima de la valenciana en términos porcentuales, pero, a excepción de Murcia (24,3 %), ninguna de ellas -La Rioja, Castilla-La Mancha y Navarra- tiene el potencial turístico o residencial de la valenciana.

Pero hay más. En términos absolutos, solo Andalucía (101.330 viviendas) y Cataluña (81.020) formalizaron más compraventas de viviendas que la Comunitat Valenciana el año pasado. No obstante, conviene tener en cuenta que ambas tienen más habitantes y, en el caso de la primera, más territorio. Madrid, con 75.845, queda por detrás.

Por número de operaciones por cada cien mil habitantes, la Comunitat Valenciana ocupa la primera posición, con 2.010, por encima de las 1.641 de Baleares y las 1.537 de Andalucía.

La revitalización que está experimentando el sector inmobiliario en la Comunitat Valenciana salta a la vista si comparamos los datos de 2018 con los de 2008, el año en que empezó a vislumbrarse toda la horrenda magnitud de la crisis económica. En aquel ejercicio, en la autonomía se cerró la compraventa de 74.706 viviendas. Es decir, 4.100 menos que en 2018.

A pesar de todo, los datos del mes de diciembre de 2018 son bastante más comedidos que los de los meses previos. Se vendieron o compraron 5.140 viviendas, con una variación anual del 2,9 %, inferior al 3,8 % del conjunto de España.

El incremento del 10,1 % en 2018 en el ámbito nacional -515.051 transacciones- también es el mayor volumen desde 2008. Así, este indicador se anotó su quinto ejercicio consecutivo al alza, aunque ralentizó su avance respecto a los tres años precedentes. En 2017 subió el 15,4 %; en 2016, el 14 %; en 2015, el 11,5 %, y en 2014, el 2 %, según Efe.

Vivienda usada

En el caso de la vivienda usada, segmento en el que se registraron 422.531 operaciones (82 % del total), el aumento fue del 9,9 %, 6,5 puntos menos que en 2017. En el mercado de obra nueva, por su parte, las ventas repuntaron el 18 %, frente al 11,1 % del año anterior, y se contabilizaron 92.520 transacciones (18 % del total). Según los datos del INE, el mercado de segunda mano lleva seis años creciendo, aunque ha ralentizado su recuperación respecto a los tres ejercicios precedentes, mientras que el de vivienda nueva se anotó su mayor repunte desde el inicio de la serie (2007).