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Estadística

Los valencianos que pasan de trabajar a la inactividad se disparan en 2018

Los 286.200 del año pasado son casi 50.000 más que en 2017 y el número más elevado desde la última década

Varias personas mayores practican ejercicio en un parque de València. m. a. montesinos

Hacía una década que tal fenómeno socio-laboral no acontecía. En 2018, un total de 286.200 valencianos pasó de la ocupación a la inactividad, según los últimos datos del Institut Valencià d'Estadística. Dicho de otro modo: estamos hablando de las personas que han dejado su puesto de trabajo principalmente porque se han jubilado pero también por otras causas, como la emigración e incluso el desánimo. El dato de 2018 se sensiblemente superior a los 237.200 de 2017. O sea, justo 49.000 más. Hay que remontarse hasta 2009 para hallar un registro de superior magnitud. En ese ejercicio, un año de extrema dureza porque fue aquel en el que el crecimiento económico y el empleo sufrieron con más contundencia los estragos de la crisis iniciada en 2007, 304.600 valencianos pasaron de la ocupación a la inactividad. En esa década, ha habido ejercicios, por ejemplo el de 2014, en que esa cifra se quedó por debajo de los 200.000, aunque solo fuera por mil unidades.

¿Por qué el pasado 2018, un año de PIB robusto, solo es equiparable al funesto 2009? El director del departamento de estudios de la patronal autonómica CEV, Ricardo Miralles, apunta varias observaciones al respecto. Una de ellas se corresponde con la «normalización» que ha ido imponiéndose en el mercado laboral valenciano conforme la crisis ha quedado atrás. «Si el mercado evoluciona desde la normalidad, cada vez hay más personas que pasan del paro a la ocupación y cuando salen a la inactividad lo hacen desde la ocupación», apunta Miralles, quien añade que cada vez hay menos gente que va del paro a la inactividad porque hay más personas trabajando. Es una tesis que refrenda también el profesor de Análisis Económico de la Universitat de València, Lorenzo Serrano.

Otro factor está relacionado con la demografía y el envejecimiento. La gente que se jubila lo hace, en su mayor parte, desde la ocupación. Pasan a inactivos. El experto de la CEV añade que «esto se va a ver cada vez más». Y es que no hay que olvidar que ya estamos en tiempo de que se aproxime a la condición de pensionistas públicos la generación del baby boom, es decir las personas que nacieron en la década de los sesenta, cuando la mejoría del bienestar de los españoles dio lugar a una explosión demográfica que más adelante no tuvo continuidad.

Prejubilaciones

A este respecto, conviene mencionar que las prejubilaciones computan en ese bloque de las personas que pasan de ocupadas a inactivas. Tras ponerle freno el Gobierno, ahora no es una figura laboral al uso, pero en 2009 sí. Serrano cree que la elevada cifra de inactivos que se registró aquel año parcialmente puede deberse a esta figura laboral. Lo cierto es que 2009 fue el año en que la crisis iniciada en 2007 alcanzó, en España, una mayor dimensión. Los despidos fueron masivos y en algunos sectores afectaron sobre todo a las personas con más antigüedad y mayores emolumentos. Ahora no se dan las prejubilaciones de antes, pero las empresas aplican fórmulas parecidas para desprenderse de los veteranos. No obstante, la secretaria de Empleo de CC OO-PV, Ana García, no cree que este factor haya tenido una gran incidencia, fundamentalmente porque en la Comunitat Valenciana la banca y las grandes empresas no hicieron elevados ajustes durante 2018.

El tercer condicionante que explicaría el aumento de inactivos en 2018, según Ricardo Miralles, sería algo tan etéreo como el desánimo. A este respecto, recuerda que dichos datos surgen de la EPA, que es una encuesta sobre población activa: «Hay personas que son ubicadas como inactivas porque cuando se les acaban los contratos no buscan empleo ni se apuntan al paro, con lo que pasan a la categoría de inactivos».

Por su parte, Ana García, de CC OO-PV añade otro elemento a tener en cuenta y es que parte de los nuevos inactivos procede también de las personas que salen de la Comunitat Valenciana en busca de oportunidades laborales menos precarias en el resto de España o el extranjero. La dirigente sindical expuso al respecto que solo en el primer semestre del año pasado el saldo vegetativo de la población de la autonomía fue negativo en casi 6.000 personas.

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