El termómetro que mide la temperatura de la economía. Así podría definirse al Instituto de Crédito Oficial (ICO), banco público adscrito al Ministerio de Economía encargado de promover la actividad de empresas, autónomos y emprendedores. Su presidente es «optimista» y confía en la capacidad de la empresa española.
La financiación a empresas concedida por el ICO a través de las entidades financieras cayó en 2018 a niveles de los 90, pese a superar 2.5000 millones de euros. ¿Por qué?
Desde 2015 se ha producido una reducción de los flujos canalizados a través de las entidades financieras. Tiene que ver con el ciclo económico. En un proceso de recuperación, existen menos problemas de búsqueda de financiación. Por tanto el ICO, como banco público, retoma niveles de actividad propios de este ciclo. Además, las actuales condiciones de liquidez en los mercados financieros, con tipos bajos y una política monetaria muy laxa, hace que la banca comercial esté más dispuesta a conceder préstamos. No obstante, hemos hecho un ejercicio interno para ver cómo podíamos mejorar.
¿A qué conclusiones han llegado en ese informe?
Era necesario, por un lado, simplificar los procedimientos. Hacerlo más sencillo para los empresarios y autónomos, y también para las entidades financieras en lo que es la tramitación y la concesión de la mediación. También tenemos que ser más competitivo vía precio con el ánimo de que eso se traslade a los clientes. Hemos abaratado en los precios más a medio y largo plazo, que es nuestra vocación. Además, flexibilizamos la operativa. ICO ya financia la actividad empresarial, cualquiera que esta sea . Puede ser leasing, pago de alquileres, circulante, liquidez, ampliación de capacidad productiva, inversión... sin límite. El objetivo es hacer crecer a la empresa.
En este contexto que describe ¿se necesita un banco público?.
El ICO es complementario a la banca y genera valor añadido al sector financiero. Cuando ha habido restricciones de liquidez, como en la crisis, fue muy claro el papel de ICO, inyectando liquidez. Pero también en épocas de recuperación aportamos valor en los plazos mas a medio y largo plazo. Además, no vamos solos, vamos de la manos de bancos. Queremos entrar a proyectos y financiaciones más medianas. La idea es ampliarlo de manera selectiva para atender las necesidades de las empresas tanto en España como en el exterior. Y las empresas deben diversificar sus fuentes de financiación en un país como España, donde los bancos tienen mucho peso en esa financiación.
El ICO sabe el pulso de la empresa y la economía española, en desaceleración. ¿Le preocupa?
No. La fase de recuperación se mantiene, a menor ritmo, pero por encima de la media de la zona euro. Los fundamentales son sólidos. Seguimos exportando, hay moderación de precios y salarios, crece la renta disponible y el empleo. Se puede ser optimista. Estamos en la dirección adecuada. La tasa de morosidad de las empresas está en unos niveles muy aceptables.
Pero grandes industrias como Ford están en pleno ajuste.
El sector de la automoción siempre ha realizado ajustes. El convenio colectivo del sector siempre ha sido un buen convenio de flexibilidad para ordenar las condiciones de trabajo. Estoy seguro que el ERE de Ford será temporal, con garantías para los trabajadores, que permitirá a la empresa estar entre las altas mas cuotas de productividad a nivel mundial. España es el segundo país productor de coches en Europa y el octavo del mundo. Y eso es gracias a plantas como la de Almussafes y otras que existen en el país.
