Los hogares valencianos ya pagan la electricidad tres veces más cara que la industria, según reflejan los últimos datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat). La brecha entre lo que pagan por la luz las familias y las empresas se ha acrecentado en los últimos diez años. El precio del megavatio hora (MW/h) para los hogares es de 238,3 euros y la industria abona 80 euros. Hace una década, las familias pagaban el MW/h a 136,6 euros y las empresas a 59,7 euros. Los expertos advierten de que los consumidores deben ajustar la potencia que tienen contratada para lograr ahorros sustanciales en la factura.

Los datos de Eurostat reflejan que el desplazamiento de costes hacia los usuarios domésticos se ha acentuado desde 2012. Los últimos diez años han sido críticos para el sistema eléctrico español. Los errores acumulados por la política energética combinados con la caída de la demanda durante la crisis generaron un déficit tarifario que rondó los 30.000 millones en 2014 y que sigue lastrando los precios. Para contener el déficit, los sucesivos Gobiernos hicieron ajustes (subidas de tarifas y recortes de retribución a productores y otros agentes) que impactaron en los hogares y empresas. Sin embargo, lo hicieron de forma desigual: el precio medio del megavatio ha subido un 74 % para las familias y un 34 % para las empresas con consumos más altos.

Un experto de la consultora energética ASE incidió en que la clave es cómo se afronta el déficit tarifario. «El Ministerio de Industria recaudaba por el transporte de la energía. Sin embargo, en 2013 cambió de criterio y apostó por gravar la parte fija ya que al cobrar por la potencia se garantizaba unos ingresos estables. Este sistema beneficia a la industria porque las empresas aprovechan el 90 % de la potencia que tienen contratada. Por contra, los hogares solo aprovechan el 10 % de la potencia porque hay muchos tramos del día en el que las familias no están en casa y por la noche no se hace gasto». El técnico destacó que, además, casi nadie tiene bien contratada la potencia que realmente necesita. «Muchas familias tienen contratada una potencia de 5,5 kilovatios (kW) cuando les puede bastar con 3,45 Kw. No saben que el 50 % de la factura es la potencia».

Salvador Puigdengolas, decano del Colegio de Ingenieros Industriales de la C. Valenciana, coincidió en que lo fundamental es ajustar la potencia. «Muchas familias se podrían beneficiar de una rebaja sustancial solo con bajar la potencia de 5,5 a 3,4 kW», subrayó.