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Las ventas de Ford al exterior se hunden un 10% y cortan cinco años de crecimiento

La C. Valenciana cierra otro año con récord en el comercio exterior aunque su superávit comercial se reduce un 14,5%

Línea de montaje de la factoría valenciana de Ford, en una imagen de archivo. germán caballero

El sector del automóvil y sus componentes ha vivido un mal 2018. La caída de la producción de Ford por el hundimiento de las ventas en el mercado europeo ha impactado profundamente en las cifras de comercio exterior, destino principal de la producción de la factoría valenciana. El informe de comercio exterior hecho público ayer por el Ministerio de Economía confirma la ruptura de una trayectoria ascendente que se remonta el último lustro. Los 6.896,1 millones vendidos fuera de España por el sector del automóvil suponen un hundimiento del 10% respecto a 2017. Es la primera caída desde 2012.

El frenazo de este sector, del que depende casi uno de cada cuatro euros facturados al exterior por el tejido productivo valenciano, ha arrastrado la cuenta global. Con todo, las exportaciones aguantan y continúan batiendo récord. En 2018 el conjunto de los sectores volvió a crecer un 3,2% hasta los 30.324 millones, pese a la caída de Ford y del otro gran sector exportador, la alimentación. La partida que agrupa a los cítricos se reduce un 1,6%.

Pese a la buena salud que sigue exhibiendo el sector exportador valenciano (la tercera autonomía por detrás de Cataluña y Andalucía), el superávit comercial se ha reducido en un 14,5% debido a que las compras han crecido casi el doble que las ventas. La balanza comercial se sitúa en 2.859 millones, siendo la cuarta autonomía con una mejor relación import-export.

Aunque sin el vigor de años atrás, el comercio exterior continúa con más fuerza la media española, que también crece, pero menos, un 2,9%. Las cifras son positivas pero, además de agravarse un 36,8% el pertinaz déficit comercial español, las ventas ofrecen síntomas de agotamiento.

El Club de Exportadores e Inversores de España ponía ayer el foco sobre la amenaza de desaceleración. Es la primera vez desde 2006 que las exportaciones españolas crecieron por debajo de la media de la zona euro. España ha perdido cuota de comercio internacional en 2018 frente a los tres países más importantes de la eurozona: Francia (+3,8%), Alemania (+3,0%) e Italia (+3,0%).

En cuanto al resto de sectores valencianos, la multinacional BP de Castelló ha generado un impacto positivo en la exportación de productos energéticos, que dispara sus ventas un 182%. Destacan también los productos químicos, como los plásticos (+9,5%) o los colorantes (+7,9%). Entre los sectores tradicionales, el cerámico, concentrado en Castelló, mantiene su crecimiento, de un 2%; mientras la confección cae un 9,3% y el calzado suma otro año en positivo (+2%).

En cuanto a los principales mercados, Europa sigue siendo el gran bazar para la mercancía valenciana, aunque factores como el brexit (Reino Unido cae de nuevo este año, un 4,2%) han dejado casi plano el negocio en el viejo continente (+1,7%).

Y dentro de los procesos de diversificación, mensajes contradictorios. América del Norte, pese a la lejanía y todos los temores a la política de Donald Trump, sigue siendo un mercado prioritario (un 8% de todas las ventas) y en crecimiento (+19,7%). Canadá, tras el acuerdo de libre comercio, dispara sus compras un 130%.

Asia, en cambio, reduce sus importaciones valencianas. Sobre todo China (-16,1%). Es África la que toma el relevo como tercer gran destino, gracias a crecimientos de entre el 10% y el 53% en el norte del continente, con Marruecos a la cabeza.

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