Dirigentes sindicales de las factorías de Ford en Reino Unido, Bélgica, Rumanía, Alemania y España mantuvieron ayer un encuentro en Colonia -cuartel general de la multinacional del óvalo azul en el viejo continente- para estudiar estrategias conjuntas ante los planes de reestructuración que prepara la firma de la automoción en Europa, que incluye el cierre de instalaciones y recortes de plantilla entre sus 54.000 empleados. El secretario general de la sección sindical de UGT-Ford Almussafes, Carlos Faubel, aseguró al término de este encuentro que los representantes del trabajadores exigirán la «máxima claridad» en el proceso de ajustes que prepara la firma de la automoción y que acabe con el período de «incertidumbre».

Sin conocer todavía el impacto final sobre el empleo en la planta valenciana ni el futuro de la carga de trabajo con los nuevos modelos, Faubel asistió a una nueva reunión de los sindicatos más representativos del comité de empresa intercentros de Ford Europa en vísperas de que la compañía confirme los volúmenes de producción para el primer semestre. Para ese período se prevé un nuevo ERE temporal en Almussafes antes de verano, tal como la mercantil ya realizó a finales de 2018, tanto en producción de vehículos como de motores dado el desplome de la demanda.

La central ugetista, que tras revalidar la mayoría absoluta podrá negociar con la dirección los planes de ajustes, destaca que Almussafes es una de las más competitivas de Europa por su capacidad para producir diferentes de vehículos y conseguir unos costes laborales inferiores a los de Alemania o Reino Unido. Pero mantener su actual carga de trabajo y plantilla directa -unos 7.500 puestos de trabajo- dependerá, tal como reconocen fuentes de la planta valenciana, de la próxima adjudicación de vehículos eléctricos, del reparto entre sus plantas de motores y su alianza con Volkswagen.