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Perspectivas

La banca augura un crecimiento sostenible pese a la desaceleración

La demanda interna y el sector inmobiliario tiran del carro mientras la industria ya está en recesión

Vicent Soler y Manuel Illueca, a la derecha, ayer en el stand de Levante-EMV. m. a. montesinos

Tras una dura crisis que tuvo dos etapas de recesión y cinco años de recuperación, la economía global se encuentra inmersa en un proceso de desaceleración. En el caso español, «la tasa de crecimiento es menor que hace unos ejercicios pero más sostenible. No genera desequilibrios macroeconómicos. Así que somos positivos sobre el recorrido de ese crecimiento, que puede ser duradero si se hacen reformas estructurales». Quien así se expresa es el economista de CaixaBank Research, Josep Mestres, que resumió así su coincidencia sobre el futuro económico del país con Nuria Bustamante, del servicio de estudios de Bankia, quien le había precedido en una mesa redonda sobre perspectivas económicas para 2019 que abrió la jornada de ayer en Forinvest.

Bustamante explicó que la desaceleración española, menos intensa que la europea, se está produciendo por el agotamiento de impulsos como el petróleo barato o un entorno exterior «no tan favorable». En su opinión, más que un proteccionismo comercial, lo más perjudicial «es el debilitamiento del comercio mundial y la caída de actividad de países como Alemania». Es decir, hay una menor aportación de la demanda externa, que se nota en el turismo y el automóvil, este último también por motivos estructurales propios. No obstante, la demanda interna y la inversión en el sector inmobiliario son ahora las que tiran del carro mientras la industria entró en recesión en el último trimestre de 2018.

Bustamante explicó que la inestabilidad política no está penalizando a la economía española, pero también añadió que «no hay mucho margen de actuación si hubiera una crisis». A este respecto, Mestres apuntó tres grandes retos. El primero es mantener las ganancias de competitividad y elevar la productividad, dado que sin esta no será posible un crecimiento sostenible. El segundo es la reducción de la elevada deuda pública y el tercero tiene un componente social. Y es que, en los últimos cinco ejercicios, España ha creado medio millón de empleos cada año, pero «la recuperación no ha llegado por igual; hay varios grupos en riesgo de exclusión social, como mujeres con hijos, jóvenes o personas mayores, que se encuentran en una situación de debilidad» en el acceso al mercado laboral y, si logran participar del mismo, les afecta la precariedad y «un nivel de temporalidad extremo».

Por su parte, Glen Chapman, director de Estrategia en Renta Fija y Variable de Banco Sabadell, centró su intervención en la Bolsa. La perspectiva de un acuerdo comercial entre China y Estados Unidos y el freno de la Reserva Federal a la subida de tipos -también en Europa- han ayudado al rebote de este inicio de año, pero la desaceleración económica, que se está trasladando a los resultados empresariales, podría provocar un nuevo descenso en los mercados de valores.

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