Roig nunca deja a nadie indiferente con sus reflexiones sobre la situación de la economía y la sociedad, la evolución del consumo o las actuaciones de los dirigentes políticos. El mandatario de la cadena familiar -vigilado de cerca por el comité de dirección, también asistió su hija Hortensia (presidenta de Edem)- afirmó que mantendrá su plan estratégico y de crecimiento durante los próximos años sin preocuparse por el resultado de las elecciones generales y autonómicas (en el caso de la C. Valenciana) del próximo día 28 de abril.

Según el conocido patrono «da igual si ganan las derechas que las izquierdas, Mercadona seguirá yendo bien. No va a pasar nada». «Mercadona va muy bien y va a ir mejor, sobre todo en Portugal». Así de contundente se mostró el empresario valenciano, quien comentó que «no hemos notado nada respecto a la evolución del consumo». Y comentó que «España vive del turismo y hay que cuidarlo». Respecto al pago de tributos, Roig comentó que «Mercadona se siente muy «orgulloso» de estos resultados de 2018, en los que un 25 % se ha repartido entre la plantilla, en total 325 millones de euros. Además, ha pagado 293 millones de euros (el 22 % del total de las ganancias) en conceto del tributo de Sociedades. «Pagar impuestos es igual de bueno que dejar de fumar» También reconoció que «pagar impuestos es bueno, pero también si bajan».

Roig pidió a los políticos «de un lado y de otro» hacer las cosas «sin tanto lío y tanta incertidumbre». Se definió «muy español y anticentralista» y lamentó que «todos los AVE salen y vuelven al mismo sitio pero no hay corredor mediterráneo». Además se mostró «preocupado» por la situación de Cataluña. «El tema entre Barcelona y Madrid es un problema entre Barcelona y Madrid y las dos partes lo lían mucho. Necesitamos tranquilidad y que nos pusiéramos todos de acuerdo», añadió.

Sobre la crisis citrícola y las importaciones prefirió no hablar, porque asegura que hay que tomar «medidas antipopulares». Y a la hora de justificar cambios disruptivos de Mercadona sentenció que «el cliente nos pide productos que estén más cerca de la boca. La cocina, a mitad del siglo XXI, no existirá. En los hogares se terminarán los platos, y la paella se cocinará por hobby».