Los programas de recortes de Ford en sus factorías ubicadas en Europa -donde anuncia 5.000 despidos en Alemania, el cierre de una fábrica en Francia (850 trabajadores) y ultima ajustes en Gran Bretaña y Almussafes- contrasta con las inversiones que ha puesto en marcha en Estados Unidos para aumentar su capacidad de producción de vehículos y sus puestos de trabajo. La multinacional del óvalo azul anunció ayer a través de un comunicado que incrementará un 20% la producción de los modelos Ford Expedition y Lincoln Navigator este verano «para satisfacer la creciente demanda de sus clientes» y contratará a 550 personas en su planta de Kentucky.
La factoría valenciana, con 7.500 trabajadores, cinco modelos de vehículos y una planta de motores, sigue pendiente de los ajustes. En la actualidad, afronta un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para 6.000 trabajadores durante seis jornadas hasta el próximo mes de mayo -debido a la caída de la demanda en Europa- si bien hace turnos extra y pide voluntarios por el incremento de demanda de piezas que se exportan a EE UU. Los planes de futuro de Ford Europa, que quiere volver a los beneficios este año tras perder 352 millones de euros en 2018, pasan por los vehículos comerciales (furgonetas) en alianza con Volkswagen, así como por los modelos SUV (tipo Kuga) y las versiones eléctricas.
Continúa el proteccionismo
En plena fase de política económica proteccionista en EE UU por la estrategia del presidente Donald Trump para equilibrar su balanza comercial, Ford ha conseguido que las ventas del Expedition y del Lincoln Navigator aumenten en un 35% y un 70% en 2018, respectivamente. El grupo automovilístico emplea a aproximadamente unas 199.000 personas en todo el mundo, de las que 54.000 están en instalaciones de Europa. Y en esas, el presidente y consejero delegado de Ford, James Hackett, ha recibido una remuneración total de 17,75 millones de dólares (15,6 millones de euros) por su trabajo al frente de la compañía en 2018, lo que supone un incremento del 6% respecto a 2017.
También esta semana el presidente Trump presionaba al fabricante de vehículos estadounidense General Motors a que cierre alguna de sus plantas en China y México y que así reabra la que mantenía en el Estado de Ohio.
