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Las concesionarias heredadas de Franco

La AP-7 fue una de las primeras autopistas de peaje que se construyeron en España en los 70

La concesión de la AP-7 por parte de Aumar se prepara para pasar a la historia. Al menos en su configuración actual, con prórroga del contrato firmado en la década de 1970 y sin pasar por una nueva licitación.

Se finiquitará uno de los mejores ejemplos del desarrollismo de infraestructuras de los 70, obra del Gobierno franquista, que entre 1967 y 1975 otorgó a once concesionarias 17 tramos de autopistas en el marco del Programa de Autopistas Nacionales Españolas (PANE) de 1967.

Atendiendo a las recomendaciones del Banco Mundial, de 1962, las primeras autopistas de peaje de España se implantaron en la costa mediterránea, como la AP-7, aunque no fue ésta la que primero se puso en marcha. El 2 de julio de 1969 se abrió en Barcelona el tramo de autopista entre Montgat y Mataró, el primero de peaje conocido.

Las infraestructuras auspiciadas en esa época se adjudicaron al amparo de la Ley 8/1972, de 10 de mayo, de construcción, conservación y explotación de autopistas en régimen de concesión.

Entre las primeras empresas adjudicatarias de las autopistas del Gobierno de Franco se encontraban las compañías Acesa, Europistas, Betica, Aumar, Avasa, Audasa, Eurovias, Aucalsa, Vasco Montañesa y Audenasa. Buena parte de la explotación y conservación de estas carreteras sigue hoy en manos de Abertis, como Aumar, Avasa y Acesa. El grupo gestiona directamente más de 1.500 kilómetros de autopistas en España.

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