La mejora de los números de la factoría Ford de Almussafes permitió a las exportaciones valencianas ganar impulso en febrero hasta el punto de que su crecimiento en ese mes, el 3,7 %, fue prácticamente el doble del de las ventas al exterior españolas, que solo se incrementaron en un 1,9 %. Los datos del acumulado anual, sin embargo, no son tan positivos, según el informe mensual hecho público ayer por la Dirección Territorial de Comercio de la Comunitat Valenciana. Y es que en los dos primeros meses del año el aumento fue de ocho décimas, aunque esa cifra casi triplicara el 0,3 % del conjunto nacional.

En febrero, las exportaciones de automóviles se elevaron en un 7,2 % respecto al mismo mes de 2018. Ese porcentaje y el 2,3 % de ganancia del sector agroalimentario y el 17,8 % de los bienes de equipo explican el buen comportamiento de las ventas al exterior en dicho período, de la misma forma que la subida de solo el 1,7 % en el automóvil y del 0,4 % en alimentación y bebidas, que constituyen las dos grandes ramas de actividad en el comercio exterior, más el descenso del 26 % en productos del petróleo y derivados -léase la planta de BP en Castelló- son el claro indicativo de la peor evolución en el acumulado anual.

El mayor aumento de las importaciones en dicho período ha provocado que el saldo comercial valenciano se haya deteriorado un 6,7 %, singularmente, en la provincia de València, donde el descenso es del 239 %. Aún así, la cobertura sigue siendo positiva, con un 110%.