El auge de la construcción se ha extendido al mercado de los apartamentos de playa, que es el último segmento que se reactiva tras una crisis inmobiliaria. El mejor ejemplo es Canet d'en Berenguer, población de 6.575 habitantes que fue símbolo del estallido del crack de la construcción en la Comunitat Valenciana y que ha vendido más de doscientos apartamentos turísticos en los últimos doce meses. Los principales compradores en la costa valenciana son ciudadanos del norte de Europa y españoles de Madrid, País Vasco y Navarra.
Un proyecto que simboliza el desplome del sector de la construcción en la Comunitat Valenciana es la torre con 307 viviendas de alta gama que la compañía catalana Fbex comenzó a construir antes del estallido de la burbuja en unos terrenos desarrollados por Astroc (la inmobiliaria de Enrique Bañuelos) en Canet d'en Berenguer. El inmueble, un esqueleto que de momento tiene 14 alturas, está parado desde que el promotor inmobiliario responsable de su construcción entró en concurso de acreedores en 2008 con solo el 25 % de la obra ejecutada. El proyecto original contemplaba la construcción de dos torres de 20 plantas unidas en su parte superior.
La situación de Canet no tiene ahora nada que ver con la de hace cuatro años cuando no se vendía «ni un apartamento», según reconocen desde la inmobiliaria Grupo Pineda. La firma, referente en el sector en la zona de norte de Valencia, destaca el buen ritmo de comercialización de las dos promociones de apartamentos que ahora mismo hay en marcha en el municipio. La más grande es un proyecto para terminar la urbanización de Fbex (que ahora tendrá 276 viviendas) y el otro es la promoción de Avintia Inmobiliaria Canet al mar (once plantas con 195 apartamentos). Las dos promociones están siendo comercializadas por Grupo Pineda.
La comercialización más avanzada es la de Canet al mar, que ya está vendida al 75 % (más de ciento cuarenta apartamentos). «Los compradores de esta promoción son españoles, sobre todo de Madrid y Navarra», precisaron desde Grupo Pineda. El proyecto supone una inversión de 20 millones de euros y la generación de cuatrocientos empleos (directos e indirectos). La finalización de la obra, que cuenta con financiación de Banco Santander, está prevista para finales de 2020.
Roberto Campos, director general de Avintia Inmobiliaria, destacó que el proyecto «impulsa una zona turística en plena costa valenciana. Es una zona con una gran demanda de este tipo de viviendas pero con poca oferta» como revela que «el 75 % de la promoción esté actualmente reservada». Los 195 apartamentos de la promoción tienen entre 58 y 76 metros cuadrados y parten de un precio de 86.600 euros.
Un tercio vendido
La promoción que se va a levantar sobre el antiguo proyecto de Fbex está vendida al 28 % (78 viviendas). La promotora valenciana Flor Azahar Real Estate compró por doce millones de euros este complejo inacabado a la Sociedad de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria y Solvia. La firma se ha aliado con el fondo estadounidense Oak Hill para sacar el proyecto adelante con una inversión de 42 millones de euros. El solar tiene una edificabilidad de 25.133 metros cuadrados. El edificio fantasma, que actualmente impresiona visitar por su aspecto de abandono absoluto, está junto al colegio privado Camarena Canet.
La comercialización de la urbanización (que ahora se llama Gran Canet) comenzó hace unos cinco meses y está previsto que las obras arranquen después del verano. Una de las claves del buen ritmo de venta es que se ha producido una bajada sustancial de precios, ahora mucho más asequibles que en 2006. El piso más caro en la actualidad cuesta 382.000 euros mientras que en el proyecto original se podían encontrar inmuebles que superaban los 900.000 euros. La firma valenciana comercializa inmuebles de Gran Canet desde 110.000 euros con dos dormitorios.
Aunque ahora la concepción del complejo no es la de alta gama, si que mantiene parte de sus atractivos como una piscina de 800 metros cuadrados, a la que se suma otra desbordante y climatizada en los áticos, que se dotará además de un solárium, un mirador y una zona chillout. Los compradores son ciudadanos nórdicos y españoles de Madrid, Teruel, Zaragoza y Navarra.
