El que fuera presidente de CaixaBank entre 2011 y 2016, Isidre Fainé, negó ayer que en las reuniones celebradas a principios de mayo de 2012 entre los cuatro principales banqueros del momento con el entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, se pidiera al presidente de Bankia, Rodrigo Rato, su dimisión, y comentó que «hubiera sido muy violento. Si hubiera salido un 'Usted tiene que irse' hubiera sido muy violento, y no recuerdo que pasara»,agregó durante su declaración como testigo ante la Audiencia Nacional por el juicio por la salida a Bolsa de Bankia. Fainé reconoció que «sí que hubo una discusión» al respecto, pero que en ella «no se tomó ninguna decisión».

Así, comentó que esas reuniones tenían un carácter informativo y que había contactos periódicos telefónicos y presenciales con el ministro De Guindos. «De cuando en cuando hacíamos una cena, los dos principales bancos y las dos principales cajas», afirmó en referencia a los entonces presidentes del Banco Santander, Emilio Botín, del BBVA, Francisco González, de Bankia, Rodrigo Rato, y él mismo.

Preguntado por las reuniones de los días 4 y 5 de mayo, inmediatamente antes de la dimisión de Rodrigo Rato, Fainé indicó que Rato defendía su plan para reforzar en 7.000 millones las provisiones de Bankia, pero que Francisco González elevaba estas necesidades de cobertura a 15.000 o 20.000 millones. «Botín y yo estábamos más escuchando, intervenimos muy poco. El diálogo era entre Francisco González y Rato. Había dos posiciones, para mí las dos con lógica, con cierta coherencia», comentó incidiendo en que la cifra defendida por Rato «se acercaba a la provisión que tenía que hacer» .

También resaltó que «la postura de Francisco González era la postura de los mercados». Y se excusó en que él «no estaba al tanto como ahora de los mercados» y reconoció que Botín y González «comentaron que en los mercados salía muchas veces el tema de que Bankia tenía dificultades».