La vuelta del sistema de incentivos que haría rentables las plantas de cogeneración es complicada hasta que Bruselas no articule el mecanismo. El problema de fondo es que la normativa europea obligó al Gobierno a modificar este tipo de compensaciones. La Comisión Europea estableció en noviembre de 2016 que ese incentivo por disponibilidad debía asignarse mediante procesos competitivos o subastas. El último Ejecutivo de Mariano Rajoy aprobó en noviembre de 2017 una orden ministerial en la que regulaba las subastas de interrumpibilidad y eliminaba el incentivo. El Gobierno tenía intención de articular un sistema alternativo, pero está a la espera de que Bruselas reforme la normativa.

Fuentes del sector explicaron que las plantas de cogeneración fueron concebidas en un primer momento para funcionar a pleno rendimiento. La central térmica de Sagunt de Naturgy implicó una inversión hace quince años de 478 millones de euros. Sin embargo, después se dio prioridad a la energía renovable (que es mucho más barata) y las centrales de cogeneración quedaron como una tecnología de respaldo para cuando no hay suficiente agua en los pantanos para producir energía hidráulica o no sopla viento para generar energía eólica.

Esta situación ha provocado que este tipo de centrales de ciclo combinado, según datos de Red Eléctrica de España, funcionen al quince por ciento de su capacidad.

Red Eléctrica de España siempre ha entendido que la sobrecapacidad del sistema permite prescindir de unos 8.000 megavatios de potencia de plantas de cogeneración. Sin embargo, en poco más de un año dejarán de funcionar varias plantas térmicas de carbón por lo que el Gobierno podría oponerse a la petición de Naturgy.