La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) calcula que volver a revalorizar anualmente las pensiones con el IPC podría suponer un gasto acumulado de hasta 327.000 millones de euros en 30 años, contando solo con la población jubilada en un año determinado sin nuevas incorporaciones. Fedea publicó ayer el trabajo ¿Cuánto cuesta actualizar las pensiones con la inflación? elaborado por su director ejecutivo, Ángel de la Fuente, quien afirmó que el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones es un objetivo deseable, pero «no puede ser la prioridad a cualquier precio»

De la Fuente explicó que indexar de manera generalizada las pensiones a la inflación es un compromiso «potencialmente muy caro» a la vista de las previsiones de envejecimiento de la población para las próximas décadas. Para ilustrarlo, toma el gasto en pensiones contributivas de 2017 (135.000 millones) y le aplica una subida del 2 %, restando el 0,25 % que garantiza el indicador de revalorización de las pensiones (IRP) todavía vigente.

Por ello, De la Fuente aboga por «valorar la posibilidad de establecer algún tipo de limitación o salvaguarda a la indexación con el IPC».