Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Enrique Gaspar: "Vamos hacia dos bloques tecnológicos"

"La Guerra Fría demostró que los bloques no sirven", asegura

Enrique Gaspar, presidente de Nexos-Alianza y vicepresidente del Instituto Seda España. Álex Domínguez

P ¿Qué incidencia ha tenido la Nueva Ruta de la Seda en el pulso comercial que mantienen Estados Unidos y China?

R La incidencia es total. En el siglo XXI están cambiando totalmente los parámetros de gobernanza en el mundo. Está un poco en declive toda el área atlántica, tanto Estados Unidos como Europa, en favor de toda la parte asiática, fundamentalmente China, pero también la India. De ahí vienen esos enfrentamientos. Si no tuviese que ver, no habría problemas de aranceles, ni habría problemas tecnológicos, ni habría nada. Estados Unidos se siente desbancado o que le pueden ganar por la mano, y en esa pelea están.

P Por tanto, sería un pulso por la hegemonía mundial...

R Sí, porque, a diferencia de la otra hegemonía que ha tenido Estados Unidos durante prácticamente los últimos 70-80 años, no hay intereses ideológicos, ni hay intereses de invadir países, sino que sencillamente quiere ser el líder tecnológico, y, siendo el líder tecnológico, tiene el control, porque hoy estamos en manos de la tecnología. De hecho, con la Nueva Ruta de la Seda, China se relaciona absolutamente con todos. Le da igual el régimen que haya en cada país, no entra a valorar si son o no democráticos, si le interesa el desarrollo que propone la Nueva Ruta de la Seda.

P Ahora parece que estamos en un periodo de tregua, pero, ¿cuál puede ser la respuesta de China al veto de Trump

R En principio, lo que han dicho es que no pretenden ningún enfrentamiento ni una guerra de aranceles, pero que, si se empeña Estados Unidos, los van a tener enfrente y que van a aguantar. De momento, los aranceles de Estados Unidos suponen unos 220.000 millones para los productos chinos, mientras que China ha respondido con unos 110.000 millones que han cargado de aranceles a los productos americanos. Por lo tanto, sí hay una guerra ya abierta. Otra cosa es que acaben retomando y recomponiendo las posiciones, porque esto no lleva a ningún lado. No beneficia a nadie y perjudica a todo el mundo. A medio y largo plazo no tiene ningún beneficio para nadie.

P ¿Podemos acabar en un mundo con dos bloques tecnológicos?

R Puede haberlos y, de hecho, parece que se va hacia ahí. El poder que tenía Europa ya no lo tiene. Europa ahora tiene que luchar por mantener una unidad. Por ejemplo, ahí están los acuerdos que tiene Italia, que ha sido la última, pero también Grecia y Portugal con China, desmarcándose de la línea europea, que no está totalmente definida todavía, aunque lo que se pretende es que haya una postura común. Si antes nos basábamos en Estados Unidos y Europa, en lo que llamábamos Occidente, ahora, gracias a Trump, Estados Unidos está con problemas muy serios para mantener esa imagen de Occidente, pero también Europa, por la falta de unidad. Por tanto, es posible que se vaya a dos bloques tecnológicos, aunque yo espero que no, porque la Guerra Fría es el último ejemplo de la política de bloques, y no sirve para mucho.

P ¿Es factible el entendimiento entre ambas potencias a corto o a medio plazo?

R A medio plazo sí, a corto plazo no. No sé, es que como no acabo de entender cómo ha podido llegar al Gobierno Trump o cómo ha podido tener actitudes como la que tuvo a su llegada a Londres... No puede llegar a Londres diciendo lo que ha dicho del alcalde de Londres, y diciendo que, con el Brexit, lo que tiene que hacer Reino Unido es romper directamente con la Unión Europea y no pagar las deudas. Cuando alguien dice esas barbaridades, rompe lo que ha existido, con un entendimiento de las líneas comerciales internacionales, de las leyes, y es tanto como decir que la democracia no vale para nada, y que lo que vale es la fuerza. Espero que eso no tenga futuro.

P ¿Ese entendimiento pasa, pues, por la salida de Trump?

R Claro. Cuando digo a medio plazo me refiero a la próxima legislatura o a una legislatura y media. Veremos qué consecuencias tienen este año lo que está haciendo, porque, por ejemplo, los planteamientos con México son absurdos. Ese proteccionismo que a corto plazo le puede dar réditos, a medio plazo no le va a dar ningún rédito, todo lo contrario. Se va a empobrecer más Estados Unidos, van a tener menos salida sus productos... Uno de mis hijos vive en California, casado con californiana, tengo dos nietos nacidos allí, y sé de primera mano, porque hace mes y medio he estado en California, que el sentimiento antiTrump va poco a poco creciendo, aunque se mantienen apoyos, pero de gente que tampoco tenía muchas expectativas o de gente que tenía mucho dinero.

P Más allá de la postura común que pueda acabar adoptando la Unión Europea, España está dando pasos desiguales con la Nueva Ruta de la Seda. ¿Por qué?

R Yo estaba en la conferencia en la que Xi Jinmping anunció ese proyecto, y me pareció una idea bastante megalómana. Al año, había más de 70 países. No sólo no estaba loco, sino que sabía bastante bien lo que quería. Hoy son 125 países. ¿La postura de España? Sin cerrarse a nada con China, no apoya en su totalidad ni de forma taxativa la Nueva Ruta de la Seda. ¿Por qué? Porque está dentro de Europa y, hoy por hoy, con el Brexit, España tiene más peso. De hecho, entre los países que están intentando coordinar una postura común, están Alemania, Francia y también España. Por tanto, si estás peleando por tener una postura común, no puedes alinearte. Lo que están intentando es que no se desmembre la Unión Europea por ahí. Y así lo dijo Borrell también en el Foro de Pekín.

P Desde algunos foros, se acusa a China de impulsar la Nueva Ruta de la Seda como fórmula de control sobre otros países, sobre todo a través del endeudamiento...

R Yo no es que sea defensor de la Nueva Ruta de la Seda, aunque creo que no es tan de locos si tiene esos fine. Puedo comparar este proyecto, y algunos lo comparan, con el Plan Marshall. Europa durante 70 años ha estado pagando las deudas del Plan Marshall de Estados Unidos, y a todo el mundo le parecía bien. Otra cosa es que utilices esos proyectos para tener una postura de fuerza, y ahí es donde se han dado algunos de los choques que ha tenido China. Tampoco han sido demasiados, pero los ha tenido con Malasia, con Sri Lanka, con Pakistán, con Nepal... Y en algunos casos se ha corregido. En cualquier caso, el gran problema con el que se encuentra China es que los contratos de todos los proyectos los hacen empresas chinas, dejando muy poco espacio para otras empresas que no sean chinas.

P ¿Hay algún tipo de colaboración tanto de Nexos-Alianza como del Instituto Seda España con el proyecto "La Franja y la Ruta"?

R Con "La Franja y la Ruta" no, con China sí estamos teniendo relaciones, y con el embajador nos vemos con cierta frecuencia. Yo estuve muchos años en Televisión Española de viaje constantemente durante 40 años y después impulsé el proyecto Nexus, cuando se estaba montando la Alianza de Civilizaciones. A raíz de eso se fueron desarrollando otros proyectos como "La Nueva Ruta de la Seda. Una ruta de paz", conocí a gente que estaba muy relacionada con la Ruta de la Seda desde el punto de vista educativo, científico, y de otros ámbitos, y en eso estamos con el Instituto de la Seda, que se creó el año pasado por estas fechas. Hay muchas actividades, y lo que estamos intentando es poner en valor los territorios sederos en España.

Compartir el artículo

stats