Aumar explota las autopistas de peaje desde 1971 y 1972, heredadas del régimen franquista y prorrogadas por Gobiernos de UCD, PSOE y Partido Popular. Las ampliaciones de plazo supusieron rebajas de las tarifas, argumento en el que se escudaron los Gobiernos para justificar unas prórrogas que tenían una fuerte contestación por parte de la opinión pública, sobre todo del movimiento antipeajes y pro gratuidad del corredor mediterráneo. Pero conforme se ha acercado el fin de la concesión tanto los gobiernos del PP (Mariano Rajoy) como del PSOE (Pedro Sánchez) han coincidido en que ya no hay tiempo de descuento. La actual concesión acabará en 2019. El rendimiento que la filial de Abertis ha obtenido con la explotación de esta concesión ha sido elevado, a pesar de que la empresa ha tenido que hacer frente a la creación de infraestructuras alternativas en el corredor mediterráneo que le restaban negocio. Basta analizar la cuentas de resultados de 2018, el penúltimo año de la concesión de la AP-7, para comprobarlo. Aumar ha obtenido un beneficio atribuido de 165,41 millones de euros. Esta cifra supone un aumento del 22% respecto a 2017.