El sector agroalimentario, entendido este como la suma de la agricultura, la ganadería, la pesca y la industria de la alimentación, las bebidas y el tabaco
El sector agroalimentario acaparaba al cierre del cuarto trimestre de 2018 solo el 9,1 % del saldo vivo del crédito, lejos del 22 % de la industria y el 67,4 % de los servicios, aunque por encima del 6,1 % de la construcción. Dicho porcentaje es nueve décimas superior al de 2017. Estamos hablando de 44.092 millones de euros, que se reparten entre 21.363 de agricultura, ganadería y pesca y 22.729 de industria alimentaria. El total de las actividades productivas asciende a 482.456 millones. Sin embargo, es el único sector que experimenta incrementos en el saldo vivo del crédito. En concreto, un 5,2 %, frente al descenso del 5,6 % del total nacional, del 2,1 % en la industria, del 14,9 % en la construcción y del 6,4 % en los servicios.
Estos datos implican o bien que el sector estaba menos endeudado y, en consecuencia, no ha tenido que incurrir en un proceso acusado de desapalancamiento que impide que el crédito nuevo sustituya al que se va cancelando o bien que el crecimiento de la actividad está propiciando que recurra más que otros a la financiación bancaria y que su mayor solvencia le está garantizando el concurso de los bancos.
Por otro lado, con 2.417 de los 37.116 millones de créditos dudosos en la banca al cierre del año pasado, el sector agroalimentario acaparaba solamente el 6,5 % del total, muy por debajo del 10,9 % de la construcción, el 17,7 % de la industria y el 67,8 % de los servicios. Otro dato significativo aportado por Bankia es que la actividad primaria -y su derivada industrial- es la menos morosa en su conjunto, con una tasa del 5,48 % en 2018 que es un punto y medio inferior al 6,91 % de 2017. La media nacional se encontraba el pasado diciembre en el 7,69 %, tras una reducción de cuatro puntos. La morosidad más elevada corresponde a la construcción, con un 13,68 %, que es diez puntos inferior a la que tenía en 2017. Le siguen los servicios, con el 7,74 %, y la industria, con el 6,19 %.
El documento también deja constancia de que el sector agrario solo representa el 2,3 % del Valor Añadido Bruto (VAB) de la Comunitat Valenciana, por un 2,9 % de España, y que solo da empleo al 1,1 % de los trabajadores, por el 1,9 % del total nacional. Castilla-La Mancha, con un 9,1 %, y Extremadura, con un 8,6 %, son las autonomías donde la actividad primaria tiene más peso en su VAB. Madrid es la que menos: 0,1 %.
