Una de sus quejas constantes estos últimos cuatro años ha sido la falta de recursos. ¿Cree que el problema va a continuar esta legislatura?
Cuando entramos en la Generalitat había una deuda de 42.000 millones de euros que se ha elevado en la actualidad hasta los 46.000, porque simplemente con el dinero disponible no llegábamos a cubrir los servicios básicos. El problema de esta comunidad es la infrafinanciación, algo que sufrimos de forma especial las consellerias productivas. Si no se incrementa el presupuesto no podemos hacer políticas que relancen con la suficiente potencia la economía. Se podría decir que tenemos un motor privado que funciona moderadamente bien y otro público que está gripado.
¿Hay visos de que la situación pueda cambiar?
Esperamos que las negociaciones de Vicent Soler y Ximo Puig con el gobierno central arrojen por fin sus frutos. Nosotros hemos sido muy eficientes con la gestión de los recursos disponibles, pero no podemos esperar más a contar con una financiación justa.
¿Ha sido complicado el gobierno de coalición con los socialistas?
La experiencia ha sido positiva, y de hecho hemos venido defendiendo durante todo este tiempo que el modelo del Botànic era exportable.
