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Entidades

Intercitrus se reactiva tras una década paralizada pese a la crisis del sector

La interprofesional quedó sin fondos desde 2008 para promocionar el consumo de naranjas y mandarinas por el veto de los productores

Manuel Arrufat, presidente de Intercitrus. g. caballero

La interprofesional naranjera, entidad que agrupa al comercio, cooperativas, industria y productores citrícolas, reanuda su actividad tras algo más de una década bloqueada y en medio de una crisis sin precedentes debido a la desastrosa campaña 2018/2019 caracterizada por el hundimiento de precios en origen, la falta de recolección y el tirón de las importaciones de la UE procedentes de terceros países. Mañana está convocada una asamblea general y una reunión de la permanente de esta asociación. Está previsto que a la cita acudan buena parte de sus miembros, incluidos los representantes de Andalucía, cuyos líderes han sido especialmente críticos con la inactividad de la interprofesional hasta el punto de proponer el traslado de su sede a Madrid o Sevilla.

Después de medio año de intenso trabajo por parte de varios colegios miembros y anunciará que ya se ha culminado la tramitación burocrática de los papeles pendientes de actualizar de los últimos casi cinco ejercicios. «Ahora toca concretar qué es lo que queremos ser: acordar la financiación, qué papel deben tener las administraciones con producción citrícola, confirmar si queremos extender norma y volver a recaudar y cofinanciar las campañas de promoción para incentivar el consumo, redefinir el rol de la interprofesional como interlocutor sectorial? Debemos acudir con ideas claras para comenzar a funcionar», explicó ayer a Levante-EMV su actual presidente, Manuel Arrufat.

Evitar errores del pasado

Más allá de tales objetivos, señala el también máximo responsable del Comité de Gestión de Cítricos, «convendría tener claro qué ocurrió en el pasado para así evitar repetir errores en esta nueva etapa». Arrufat se refiere al «malestar» en el seno del comité que aglutina a los exportadores privados la intervención realizada recientemente, en el transcurso de unas jornadas sobre interprofesionales, por Felipe Juan Narbón, ex presidente de Intercitrus por el colegio de la producción en la campaña 2011/12, ex vocal de la entidad durante la mayor parte de su historia y ex vicepresidente de AVA-Asaja.

En el citado encuentro del 5 de junio, celebrado en la sede de esta asociación y organizado por la revista especializada Editorial Agricola, Juan se refirió a las razones por las que la entidad se desquebrajó y dejó de hacer promociones y aludió a que aquella decisión se tomó «porque todos en el sector dijimos que se había acabado» y «porque habían muchos puntos oscuros (en la recaudación) y no se podía comprobar si el dinero detraído al agricultor iba a la publicidad». Se refería así a lo que aconteció en la asamblea del 16 de julio de 2008, siendo presidente en representación de las cooperativas citrícolas, Enrique Bellés, quien por cierto estaba también presente en la jornada.

Tras repasar el acta de aquella asamblea, Arrufat aporta una versión bien distinta: «No hubo acuerdo de los colegios porque las aso-ciaciones agrarias vetaron en 2008 el presupuesto de la entidad. Vetaron las campañas de promoción que se venían realizando en beneficio de todos y truncaron incluso una actuación con ayudas ya comprometidas para tres campañas destinada a promover la oferta española en EEUU, que sólo necesitaba del visto bueno formal de la organización pero cuyos gastos corrían a cargo sólo de los operadores que trabajaban con este mercado, sin que los citricultores tuvieran que pagar nada».

En su opinión, «nada se cuestionó acerca de las formas de recaudar y unilateralmente, con la oposición del resto de colegios, los productores quisieron romper con una entidad que era interlocutor ante las administraciones de la UE, Gobierno central y autonomías, que tenía un importante papel vertebrador, con unas promociones que multiplicaban con ayudas por cuatro lo aportado por productores y comercializadores y que permitían campañas anuales para revalorizar los cítricos españoles con inversiones de 7 u 8 millones de euros», recuerda Arrufat.

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