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Modificación

El Consell rehace su modelo antiincendios para abrirlo a firmas como Air Nostrum

Emergencias licitará para 2020-21 un contrato de prueba para comprobar el funcionamiento de nuevos aparatoS

Un Air Tractor en tareas de extinción en la C. Valenciana, en una imagen de 2012, en Alcoi. efe / manuel lorenzo

Después de que el grupo empresarial que lidera Air Nostrum se haya hecho en Galicia con su primer contrato público para la campaña de extinción de incendios forestales a través de la filial Planificación y Soluciones Aéreas SL (Plysa), el escenario comienza a despejarse también en la C. Valenciana para la firma que lidera Carlos Bertomeu.

La Dirección General de Emergencias de la Generalitat está diseñando un nuevo modelo en la contratación de los medios aéreos para superar el marco vigente hasta ahora y en el que, debido a la falta de competencia, la administración no ha podido abaratar costes. Básicamente, porque durante décadas no hubo competencia en los concursos públicos, a los que solo se presentaba una empresa, en solitario o en UTE con otra, del conocido como «cártel del fuego», con lo que no había rebaja en las ofertas.

Tras cuatro años reflexionando sobre el modelo, el Consell pretende replantearlo de modo que puedan optar empresas que están surgiendo con nuevas tecnologías, otro tipo de aviones, como Plysa SL, la compañía impulsada en 2016 por los socios de Air Nostrum.

Según ha sabido este diario, la Generalitat tiene previsto licitar para 2020 y 2021 una especie de contrato de pruebas para testar, tres meses cada año, la capacidad de aparatos diferentes a los tradicionales Air Tractor, que llevan décadas monopolizando el negocio de la extinción en España.

Estos aparatos, muy valorados por los expertos debido a su autonomía de vuelo, capacidad de carga y tecnología para las descargas de agua, son comercializados en Europa en exclusiva por la empresa valenciana Avialsa. Esta firma, contratista histórica de la Generalitat para los aviones de extinción de incendios, está siendo investigada junto a otras empresas del cártel del fuego en la Audiencia Nacional, por supuestamente repartirse el mercado de contratos públicos en las diferentes autonomías. Estos especialistas han utilizado durante décadas los Air Tractor prácticamente sin excepción.

Con todo, Emergencias lleva tiempo estudiando las novedades del mercado para hacer frente al fuego. De hecho, a finales de 2018 lanzó una consulta pública para que las empresas presentaran sus novedades. Entre otras, Plysa (Air Nostrum) expuso la tecnología que ha adquirido en América, el modelo de avión Thrush, más versátil aunque con menos capacidad que los tradicionales. Son este tipo de alternativas las que quiere testar el Consell.

No se trata de sustituir unos aparatos como los Air Tractor, que sobradamente han mostrado su capacidad, por otros que aún puede ser una incógnita en un contexto tan delicado como la extinción de incendios. Pero sí de dar una oportunidad para abrir un mercado marcado por la falta de competencia y presuntas irregularidades bajo el anterior mandato del PP que ha incomodado al Botànic.

En todo caso, los Air Tractor continuarán siendo los aviones de referencia para la extinción de incendios en la C. Valenciana. En estos momentos, una UTE de las empresas Faasa y Martínez Ridao es la contratista del Consell, tras ganar un concurso en 2017 al que se presentó en solitario después de que Avialsa renunciara a licitar tras prestar el servicio varias décadas.

La semana pasada, precisamente, la Generalitat anunció la licitación del nuevo contrato, que comenzará el 1 de noviembre por valor de 5,9 millones durante un año. Se ha dividido en tres lotes (dos aviones anfibios; dos de carga en tierra para la zona norte; y dos para la sur) para tratar de aumentar la concurrencia de empresas y que haya ofertas con rebajas.

Y contra lo que suele ser habitual en estos procesos, con contratos de varios años por la inversión que requieren la adquisición de los activos, en esta ocasión será solo de un año, prorrogable cuatro más.

Interés público

¿A qué se debe? A que la conselleria no quiere atarse a una empresa durante un lustro cuando precisamente está estudiando las nuevas soluciones tecnológicas que ofrece el mercado. Entienden que puede ser lesivo para el interés público no poder replantearse durante un largo periodo de tiempo las características que hoy se requieren en los pliego de condiciones. Así, durante el próximo año se simultanearán en la lucha contra el fuego diferentes tipos de aviones.

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