La fiscal anticorrupción Carmen Launa elevó ayer, en sus conclusiones finales del juicio por la salida a bolsa de Bankia, su peticiones de condena para los principales responsables de la entidad en aquel julio de 2011, el presidente, Rodrigo Rato, y el vicepresidente, José Luis Olivas, contra quienes carga con dureza en su escrito al considerar que eran conocedores del pésimo estado en que estaban las cuentas de la entidad, propiciada por su gestión al frente de Caja Madrid y Bancaja, respectivamente, y que, aún así, no frenaron una operación que causó elevados perjuicios económicos a los inversores que se atrevieron a comprar acciones. Considera que ambos cometieron un delito de falsedad contable, además del de estafa por el que ya los acusaba, y, por tanto, sube de 5 a 8,5 años la petición de cárcel para Rato y de 4 a 5, para Olivas.

Al exconsejero delegado, el alcoyano Francisco Verdú, le rebaja la solicitud de condena a entre 9 meses y un 1 año y seis meses al absolverle del delito de estafa e incluirlo en el de falsedad, y pide la absolución para seis exconsejeros valencianos, entre ellos Rafael Ferrando, Antonio Tirado o Ángel Villanueva. Sin embargo, exige un año de cárcel sustituible por multa para los exconsejeros valencianos Araceli Mora, Remigio Pellicer y José Rafael García-Fuster como miembros de los comités de auditoría de BFA y Bankia, y dos años para Miguel Ángel Soria, el directivo responable de auditoría procedente de Bancaja. Para el exministro Ángel Acebes pide 1 año y seis meses. La fiscalía sitúa como responsables civiles subsidiarios a Bankia, su matriz BFA y la auditora Deloitte, a las que exonera de responsabilidad penal. Del banco destaca que, «como corporación, acredita el compromiso de sus [actuales] dirigentes con una cultura empresarial ética».

La fiscal considera que Olivas y Rato tuvieron una «especial responsabilidad» en que la salida a bolsa se llevara a cabo «sustrayendo a los inversores la información esencial acerca de la verdadera situación patrimonial» de la entidad y su inviabilidad. El colapso de Bankia «no puede entenderse como algo desligado de la inadecuada gestión precedente de Caja Madrid y Bancaja». Las dos cajas, en las que Launa detecta «deficiencias en la gestión», se habían lanzado a una expansión crediticia de «alto riesgo». Aunque Rato fue quien «pilotó» el proyecto de BFA-Bankia, Olivas no solo participó en las decisiones que ocultaron la realidad que subyacía en los estados financieros del grupo, sino que no adoptó las decisiones necesarias para incluir las advertencias debidas en el folleto de salida a Bolsa, según la fiscalía. Desde su «privilegiada situación», que ocupaba como vicepresidente, a Olivas cabe atribuirle que los deterioros «reales» del grupo inmobiliario, que en su mayoría procedían de entidades bajo su responsabilidad, no fueron puestos en evidencia.

La Fiscalía dice que Olivas, consciente de la «inconsistencia del proyecto» y de su debilidad financiera, permitió la salida a bolsa «a sabiendas de que los inversores estaban recibiendo una información incompleta e inveraz, que ocultaba la situación crítica de Bankia». También le acusa de ocultar «la grave situación» del Banco de Valencia.