La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) reclama un plan estratégico a corto, medio y largo plazo en apoyo al campo valenciano -dirigido a todas las administraciones: tanto a los nuevos equipos de gobierno investidos en los ayuntamientos de la Comunitat Valenciana, como a la Generalitat y al Gobierno central que finalmente se forme- con el objeto de revertir la situación crítica que atraviesan los agricultores y que en el último curso 2018/2019 ha acumulado unas pérdidas récord de 439 millones de euros.

Los problemas estructurales de producción y mercado y, en menor medida, las adversidades climáticas, han arrojado números rojos en prácticamente todos los cultivos y cabañas ganaderas. Resulta especialmente sangrante el balance de la campaña citrícola, con 305 millones de pérdidas económicas, que se considera la peor, en términos de rentabilidad, de las últimas décadas. En el apartado agrícola, también cabe resaltar el impacto negativo de las temporadas del caqui (42 millones de pérdidas), frutales de hueso (32 millones), olivar (26 millones) o viñedo (20 millones). Las pérdidas totales ocasionadas en las producciones agrícolas ascienden a 432 millones.

La dramática crisis de rentabilidad que vienen arrastrando en los últimos tiempos se ha agravado este último ejercicio con unas pérdidas cercanas a los 7,4 millones en el sector ganadero. El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, exige «un cambio inmediato y contundente del rumbo de las políticas agrarias».