El mercado automovilístico ha pasado en menos de un año por dos transcendentales encrucijadas. De esas que dejan cicatriz y marcan el futuro de un sector. Primero fue la entrada en vigor del nuevo sistema de control de las emisiones de los vehículos. Como respuesta al escándalo del «dieselgate» tras los casos de manipulación de datos en varios de los gigantes del motor, Europa adoptó el pasado septiembre el protocolo mundial de medición del consumo de combustibles y gases contaminantes, el WLTP, más duro que los procedimientos anteriores porque, entre otros cambios, se analiza el comportamiento del coche a diferentes velocidades.
Cambio climático
Luego, salió a la luz el anteproyecto de la Ley de Cambio Climático, con la previsión de vetar la comercialización de vehículos de combustión desde 2040 y su circulación en 2050. A eso se sumó la vocación del Ejecutivo de Pedro Sánchez de ir igualando la fiscalidad de gasolina y gasóleo.
Fabricantes y vendedores alertaron del estallido de una crisis, sobre todo en el segmento del diésel, que es el peor parado de los números rojos del mercado este año. Y eso se nota ya en el consumo, con un estancamiento de la demanda del gasóleo en la Comunitat Valenciana y la gasolina en máximos desde 2010. Así, entre enero y junio de 2019 son unas 256.649 toneladas entre enero y junio, según las estadísticas de consumo de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).
Es el dato de ventas más alto en los últimos nueve años y, al mismo tiempo, supone un incremento del 5,6% en comparación con el primer semestre de 2018.
El que pisa el freno ahora es el gasóleo. Son 1,06 millones de toneladas consumidas entre enero y junio en la Comunitat Valenciana, un 2,32% menos que en el mismo periodo de 2018. Es la cifra más baja desde 2016, en términos absolutos, aunque el consumo todavía mantiene el listón por encima del millón de toneladas.
Era cuestión de tiempo porque el parque automovilístico valenciano está dando la espalda al gasóleo. De los 78.092 turismos vendidos entre enero y julio en la comunidad, los de gasolina representan más del 74 por ciento del total, según Anfac y Faconauto.
De este modo se comercializaron 57.840 turismos de gasolina en la Comunitat Valenciana, con una caída (2,48%) muchísimo más leve que la del total de matriculaciones -bajaron un 10,9%- y, por supuesto, que las ventas de coches diésel: 15.659 unidades, un 36% menos.
En cuanto a los precios de los combustibles y una vez que se produjo la equiparación entre todas las comunidades del tramo autonómico del impuesto de hidrocarburos decidida por el Gobierno de Mariano Rajoy (el viejo céntimo sanitario), la Comunitat Valenciana tiene hoy los siguientes umbrales: el litro de gasolina está en 1,313 euros, frente a los 1,19 euros del gasóleo A.
En otras once comunidades autómas españolas el precio de la gasolina es superior al de la valenciana, lideradas por Baleares (1,366 euros) y Asturias (1,362 euros). También están en este grupo Andalucía, Navarra, País Vasco, La Rioja, Cantabria, Castilla La Mancha, Cataluña, Galicia y Madrid.
