El grupo Amaro empezó en Alicante como un pequeño negocio familiar, a mediados de los años veinte del siglo pasado, donde se trabajaba con piensos, cereales, harina y alfalfa. Hoy es un grupo empresarial con plantas frigoríficas y salas de elaboración de alimentos en los cinco continentes.
A principios de la segunda mitad del sigo XX, los carros de caballos empiezan a desaparecer como vía de transporte y Amaro González decide abandonar el negocio del pienso convirtiendo el almacén de harina en un almacén frigorífico.
Amaro González y su sobrino Ramón García González empezaron a comercializar pescado al por mayor, usando una flota de buques pesqueros. En los años 70, Amaro competía de igual a igual con Pescanova, quien se planteó comprar la empresa alicantina. De este modo el grupo que empezó vendiendo harina y se pasó al pescado congelado ha acabado comercializando carne por todo el mundo.