El presidente del consejo sectorial de Frutas y Hortalizas de Cooperativas Agroalimentarias de España, Cirilo Arnandis, calificó ayer como una «mala noticia», aunque respeta la «competencia leal en el comercio exterior, que la Asociación de Productores de Cítricos de Sudáfrica elija el Puerto de Vigo para desembarcar parte de su producción -se espera unas 40.000 toneladas anuales a través de la línea que cubre la naviera Maritime Carrier Shipping (MACS)- en el mercado doméstico.
Arnandis, máximo responsable de Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana, asegura que el sector pedirá al Gobierno de España que «vigile de cerca» los controles fitosanitarios a la importación de cítricos sudafricanos, una competencia en manos de los Puestos de Inspección Fronteriza (PIF) -dependiente del Ministerio de Sanidad- para garantizar la seguridad alimentaria y evitar la posible entrada de plagas como la mancha negra ( black spot, en su terminología en inglés).
El sector lleva muchos años alertando a las autoridades de la Unión Europea del grave riesgo que entraña para los cítricos la propagación de la citada mancha negra, que es la principal enfermedad fúngica de los cítricos en todo el mundo. De hecho, su aparición en cultivos de Túnez a finales de la primavera de 2019 demuestra la voluntad de Sudáfrica de «engañar», según las organizaciones agrarias, a la UE sobre el riesgo de su exportación citrícola.
Acuerdo comercial
La Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA) ya había advertido en distintos informes que la bacteria Guirnardia citricarpa sí podía establecerse y desarrollarse en climas mediterráneos. Desgraciadamente, el tiempo ha dado la razón a la EFSA y la mancha negra ha saltado a un país mediterráneo.
Arnandis reclama que los responsables políticos «tomen cartas en el asunto» y cumplan las normas fitosanitarias tal como cumplen los citricultores españoles, incluido el tratamiento en frío; que por cierto Bruselas no exige a las importaciones de Sudáfrica para colocar sus productos en el viejo continente. El dirigente de las cooperativas, entidades que canalizan gran parte de la producción naranjera, advierte que el desembarco de agrios sudafricanos a través del enclave vigués «puede alterar el arranque de la temporada 2019/2020 y provocar cotizaciones a la baja en origen de variedades más precoces en los campos». En su opinión, «urge que la Comisión Europea revise el acuerdo comercial firmado con Sudáfrica en 2016 para conocer de primera mano si cumple las normas comerciales, laborales y sociales pactadas en el mismo. «No queremos obscurantismo ni que Sudáfrica compita de manera desleal», puntualiza.
El secretario general de la Unió de Llauradors, Carles Peris, sostiene que las facilidades de los acuerdos comerciales de la UE con Sudáfrica «dan claras ventajas» a esta país austral y -tal como reconoce el dirigente de las cooperativas- provocará un solapamiento con las variedades que comenzarán a recolectarse en breve en las zonas productoras españolas; es decir, en septiembre. Peris destaca que «España es el cuarto mercado de destino de nuestros cítricos y por tanto la entrada de productos sudafricanos puede hacer mucho daño año al sector», destaca el dirigente agrario. «El sector sudafricano es muy potente lobby que no da puntada sin hilo y ha buscado un aliado en España para introducir su producción y no depender tanto de puertos como el de Rotterdam y, en menor medida, de los de Portugal», indica Peris.
Solapamientos
También AVA-Asaja reclama a la UE que vigile la reciprocidad en las normas de producción y fitosanitario y, si es necesario, habrá que realizar inspecciones en origen. Según la organización que preside Cristóbal Aguado, «será una dura competencia para variedades tempranas. El momento es delicado y sensible porque en septiembre se producen las primeras tendencias del mercado. Antes del pacto entre Sudáfrica y la UE (2016) había buenos precios y después de estos se están cargando la variedades más precoces cultivadas aquí», lamenta AVA-Asaja. «Los acuerdos comerciales sirven para complementar, no para sustituir a la producción europea de cultivos hortofrutícolas», agrega.
Tal como advierte el resto del sector citrícola insiste que los puertos de entrada deberán «intensificar los controles fitosanitarios» para que no se propaguen en España enfermedades como la mencionada mancha negra.
