El sector cárnico está de capa caída en España. A la crisis del porcino -causada por la importación desde China-, también llamada "del compango", se le suma, ahora la precaria situación de la venta de carne de ternera. Se nota en uno d elos principales mercados de Asturias, donde, desde hace meses, los ganaderos se vuelven a casa con más de la mitad del género que llevan, sin que nadie grite para adquirir sus animales.
La cosa no acaba ahí, pues, "lo poco que vendemos, lo hacemos a precios bajísimos". Un descenso que alcanza los 200 euros por ternero y que les lleva a tener unas ganancias de "20 euros por animal". Tal es el drama, que en el mercado lo más repetido es que los pequeños terneros generan "más gastos que beneficios". El problema está las elevadas importaciones desde países sudamericanos y el descenso en el consumo de este tipo de carne, que achacan "a que hay poco trabajo y sueldos bajos". Hubo un tiempo en que la alta demanda de países árabes convirtió el negocio en un oasis. Ahora eso ya se ha acabado.
Los ganaderos se han dedicado a esto toda la vida, pero no ven futuro. Es el caso de Jesús Ordoñez "Chusín". Tiene 85 años y ha conocido los mejores momentos del gremio. "Hoy me llevo todo lo que traje para casa. Así esto acabará por morir". A él le entristece, lo mismo que a Luis Merelles -su compañero, o competencia, según como se mire-. "Antes el mes de agosto solía implicar subida de precios, pero, ahora, la cosa ha bajado mucho. No recuerdo un momento peor", lamenta. También por encima de la edad de jubilación está Ramón Amieva, de 68 años, que tiene una fácil explicación para la crisis: "Solo se venden filetes y chuleta. Hay comercios que regalan la carne de asar con estos cortes", concluye.
