Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Valenciana de Aluminio Baux pide a la banca 39 millones de euros e hipoteca su fábrica

La antigua siderúrgica de los Serratosa Caturla firma un nuevo crédito sindicado con Sabadell que extingue deuda del pasado y que vencerá en 2024

Valenciana de Aluminio Baux pide a la banca 39 millones de euros e hipoteca su fábrica

Las deudas que uno hereda pesan mucho. Si no, que se lo pregunten a Baux, el grupo fundado en 1993 por la familia Serratosa Caturla con los beneficios que obtuvo por la venta de su participación en Valenciana de Cementos. Baux, dedicado a la producción y lacado de aluminio y desde el año pasado en manos de la estadounidense Jupiter Aluminum Corporation, todavía paga hoy los excesos de los fundadores.

Los orígenes del hólding se remontan a 1993, cuando la familia Serratosa Caturla constituyó Bancolor, con fábrica en Elche de la Sierra (Albacete) y dedicada al lacado de metales laminados. Más adelante y para poder proveer de materia prima a Bancolor fundaron Valenciana de Aluminio Baux, que desde 2001 cuenta con una planta en Segorbe. Allí produce bobinas a partir de aluminio reciclado y suministra a Bancolor la banda de aluminio que requiere para transformar el aluminio en lamas. Sus productos se utilizan en persianas, cajones, falsos techos, matrículas de coches, puertas, sartenes, latas o carpintería metálica, entre otras aplicaciones finales.

Los Serratosa Caturla quisieron exprimir la burbuja inmobiliaria y para ello protagonizaron inversiones millonarias en instalaciones productivas de aluminio que les permitieran atender la alta demanda industrial, financiándolas con recursos ajenos.

Desde 2006 Baux se lanzó a exportar y logró vender su aluminio en una docena de países. La antigua siderúrgica de los Serratosa Caturla se vanagloriaba de que con la chatarra que reciclaban podían producir material equivalente a 3.700 millones de latas de bebidas, que eran suficientes para cubrir más de 7.000 campos de fútbol. También decían que con sus lamas se podían equipar las persianas de 600.000 viviendas.

Las ilusiones de los propietarios no terminaban ahí y entre 2009 y 2015, ya en plena crisis , reforzaron sus instalaciones fabriles, implantando, por ejemplo, hornos rotativos en Segorbe que elevaban la capacidad productiva de la compañía hasta las 70.000 toneladas de aluminio. Pero la ambición no es gratis. Para financiar las inversiones el grupo recurrió a un abultado endeudamiento (más de 100 millones de euros) que acabó estrángulando a Baux cuando el estallido de la burbuja inmobiliaria extinguió los ingresos. Las pérdidas llegaron y la viabilidad de la compañía quedó en entredicho.

Reestructuración

En 2016, los Serratosa Caturla y las entidades financieras que trabajaban con la empresa de aluminio intentaron reflotar el negocio recurriendo a un grupo especializado en reestructuración de empresas, NK5, pilotado por el exdirector general de Telefónica Juan José Nieto. NK5 gestionó Baux, primero, y compró el grupo, después, en enero de 2017. La operación obligó a que previamente se produjera la homologación judicial de una refinanciación de deuda suscrita por Baux con los bancos acreedores por unos 115 millones de euros, incluyendo una quita de 70 millones. También se reconvirtió parte del pasivo en préstamos participativos que reforzaban los fondos propios. Los bancos podían recuperar la quita en caso de una venta posterior a un tercero.

Desde el aterrizaje de NK5 Baux intentó enderezar su rumbo al mismo tiempo que buscaba un socio que a futuro pudiera comprar la empresa asumiendo, entre otros, los citados préstamos participativos que estaban en manos de la banca acreedora, sobre todo de Sabadell y Popular.

NK5 fue incapaz de dar la vuelta a la compañía , pero sí encontró un socio comprador, la estadounidense Jupiter Aluminum Corporation, que en diciembre de 2018 adquirió Valenciana de Aluminio Baux y Bancolor por un importe que no trascendió. El nuevo propietario se subrogó de las obligaciones del grupo, incluidos los créditos participativos. Además, Valenciana de Aluminio Baux realizó una reducción de capital de 12,35 millones de euros para compensar reservas negativas y restablecer el equilibrio patrimonial.

Desde la firma de la venta a Jupiter hasta hoy se han producido varios movimientos significativos tendentes a garantizar la viabilidad de Baux, que pasan por una nueva reestructuración financera, según fuentes participantes en el proceso. Así, el socio único, Jupiter, ha procedido a realizar una condonació parcial de la deuda de 11,5 millones de euros que se corresponde con los préstamos participativos del pasado, según las citadas fuentes. Además, ha cerrado un nuevo contrato de financiación, solo con Sabadell, por 39 millones de euros, por el que se extinguen las deudas del pasado. La operación incluye la firma de un crédito sindicado entre Baux y el banco presidido por Josep Oliu que en su mayor parte vence en 2024. Además, se suscribe otro préstamo para inversiones en inmovilizado. La financiación, que en conjunto suma los citados 39 millones, está sujeta al cumplimiento de diversas obligaciones.

El nuevo contrato de préstamo ha conllevado la formalización de determinadas garantías, según las fuentes consultadas. Así Valenciana de Aluminio Baux tiene hipotecados como garantías de determinados préstamos inmovilizado material con un valor neto contable de unos 27,47 millones de euros. Esta cifra se corresponde a las naves, terrenos y otras instalaciones de la planta de producción en Segorbe.

Compartir el artículo

stats