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El endurecimiento de la ITV duplica el número de vehículos rechazados por contaminar

Casi 75.000 coches no han superado la primera inspección por gases nocivos en el primer semestre de este año después de que en septiembre de 2018 entrara en vigor la nueva normativa - Las emisiones han pasado del último al primer motivo de descarte de un vehículo en la C. Valenciana

Interior de una estación de la ITV en València, el pasado 2018. m. á. montesinos

El angustioso trance de pasar cada cierto tiempo la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) se ha convertido en un auténtico calvario para los coches más veteranos desde hace unos meses. El endurecimiento de la normativa de control de los gases nocivos durante el pasado año está disparando el número de pruebas rechazadas por defectos en las emisiones.

Durante los siete primeros meses de este año, se han producido 74.186 casos de rechazo del vehículo por emisiones contaminantes en la C. Valenciana. Son más de los que se produjeron durante todo el año 2017, cuando se tumbaron 67.568 pruebas por este motivo; y prácticamente igualan las 91.609 situaciones producidas a lo largo del pasado año.

En septiembre de 2018 entró en vigor la nueva normativa de la ITV que, en la práctica, incorporaba herramientas de lectura de sistemas de diagnóstico a bordo (OBD). ¿El objetivo? Detectar irregularidades en las emisiones de gases contaminantes, catalogándolas como defecto grave e instando al propietario a su reparación. Aquel cambio, junto al progresivo endurecimiento de las normas que regulan las emisiones de gases, ha empezado a dar sus frutos y en la Comunitat Valenciana, a la luz de los datos, ha aumentado el número de vehículos rechazados por no ceñirse a los límites de emisión.

Como se desprende de la información facilitada por la Conselleria de Economía, las estaciones de ITV repartidas por la C. Valenciana están rechazando cada mes 10.598 vehículos. El año 2017, último sin esta normativa, suspendían prácticamente la mitad (5.630 al mes) por este defecto, que incluye tanto gases de escape en todo tipo de automóviles como ruido en motos y ciclomotores.

La nueva normativa ha dado la vuelta completamente al orden de las causas principales de rechazo. En los últimos años, las emisiones aparecían en la última posición como desencadenante de la suspensión de la prueba, por detrás del mal estado de los neumáticos, los frenos, la señalización y el alumbrado. En el primer semestre de 2019, sin embargo, las emisiones han saltado directamente a la primera posición. El resto de factores se mantiene en el mismo orden.

Exigencias de la UE

La normativa que regula la emisión de gases se ha ido endureciendo en los últimos tiempo y ha experimentando continuos cambios. Y todo para adaptarse a las leyes que dicta la Unión Europea (UE). Así, y según las ITV, los vehículos diésel matriculados antes del 1 julio de 2008 no pueden arrojar en la ITV valores por encima de 2,5, y los turbodiésel, de 3, mientras que los coches matriculados desde el 1 de julio de 2008 en adelante no pueden llegar a 1,5 metros menos uno (m-1) de opacidad en la emisión.

En este contexto, y aunque el parque de vehículos obligado a pasar la ITV crece de forma moderada, el número de inspecciones con rechazo en la primera prueba (sea cual sea el motivo) se ha disparado. Si hace dos años se producían cada mes 17.359 inspecciones tumbadas en la primera inspección, en lo que va de año la cifra ha crecido un 38,5%. Entre enero y julio, 168.412 vehículos no han pasado la primera prueba, 24.000 al mes.

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