La dirección de Ford ha propuesto un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que afectará a unos 6.200 trabajadores de fabricación (no de Motores) durante cinco días en noviembre y diciembre. El ajuste, que supondrá dejar de fabricar 9.000 vehículos hasta final de año, se lleva a cabo para adaptar la producción a la demanda europea y por el impacto del Brexit en las ventas de la marca a Reino Unido. Será el cuarto desde 2018.

En los últimos meses la planta ha aplicado varios ERTE a la plantilla con el argumento de ajustarse a la demanda, y en esta ocasión también suprimirá el sábado extra de producción previsto para el 26 de octubre en la planta de motores. Según la propuesta, el ERTE se hará los días 4 y 5 de noviembre, y 18, 19 y 20 de diciembre, en total cinco jornadas de producción de vehículos. La próxima semana se celebrará la primera reunión del periodo de consultas, y el sindicato mayoritario, UGT, espera que se apliquen las mismas condiciones que en los anteriores.

Intersindical, por su parte, mantiene las mismas exigencias que otras ocasiones: que los afectados «no pierdan ni un euro» y que en caso de despido, «la empresa abone las prestaciones por desempleo que hubiera consumido en estos ERTE». CCOO traslada que «si no hay garantías» el sindicato no firmará. En concreto, reclama que la empresa «no complemente solo el 10%» de forma que el trabajador tenga que poner «todo lo demás», lo que supone el «20% menos de salario, su paro y luego Hacienda por tener dos pagadores».