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Transformación

Un marina dual con innovación y náutica

La Marina de València está a punto de colgar el cartel de completo con una mezcla de empresas innovadoras y compañías de servicios náuticos, pero sin la llegada de grandes empresas tecnológicas

Un marina dual con innovación y náutica

La Marina de València, que tiene más de un millón de metros cuadrados, está en plena transformación. La primera bocanada de aire fresco llegó hace cuatro años con la apertura de Marina de Empresas -el complejo impulsado por Juan Roig (presidente de Mercadona) que incluye la escuela de negocios EDEM y la aceleradora Lanzadera-, después Bankia apostó por instalar una aceleradora de startups financieras con la ayuda de Innsomia, y en los próximos meses abrirán un centro de empresas biotecnológicas y un espacio para emprendedores en la antigua estación marítima. A pesar de las buenas noticias, algunas voces críticas advierten de que Barcelona, Málaga o Alicante le están ganando la partida a València con una estrategia por parte de la Administración más clara que está propiciando el desembarco en sus distritos digitales de grandes multinacionales tecnológicas.

La Marina roza la ocupación plena con más de sesenta empresas (al margen de las compañías aceleradas en Lanzadera o Innsomnia) y una presencia notable de firmas náuticas que están alejadas del modelo disruptivo de la nueva economía. La empresa náutica King Marine es la última que se ha interesado por una de las antiguas bases de la Copa América. La compañía opta a alquilar durante diez años una de las dos últimas bases sin negocios con el propósito de desarrollar la actividad de taller naval, oficinas, formación y alquiler de espacio para empresas del sector náutico. Con esta operación, en la Marina solo quedará por alquilar la base del equipo italiano Mascalzone. Ramón Marrades, director estratégico del Consorcio València 2007, precisa que las concesiones de los edificios de las bases se están haciendo a diez años para no condicionar el futuro y el alquiler cuesta 12.500 euros al mes (por unos espacios de menos de cuatro mil metros cuadrados).

Motor de cambio

El presidente de Mercadona lleva invertidos en la Marina noventa millones de euros. Desde Marina de Empresas tienen una visión abierta y consideran que cualquier iniciativa emprendedora es bienvenida. «Para nosotros sería ideal que la Marina se llenase de empresas de cualquier tipo. Si están relacionadas con el emprendimiento y la innovación es posible que se puedan generar más sinergias, pero lo que más nos gustaría es que atraiga a cuantas más empresas mejor y que se convierta en un polo económico», subrayan. La Marina de Empresas tiene una concesión administrativa de 50 años prorrogables a otros 25.

Los números de EDEM y Lanzadera dan vértigo. La escuela de negocios EDEM (que está apoyada por más de 100 empresas entre patronos y miembros) tiene a 70 personas trabajando en sus instalaciones y por sus aulas pasan 2.500 alumnos cada año. El edificio de Lanzadera y Angels (el brazo inversor de Juan Roig) acoge a más de cuatrocientos trabajadores y a 150 firmas emergentes. Las 360 empresas apoyadas por Lanzadera desde sus inicios han generado más de 600 empleos y Angels acumula una inversión de 26 millones de euros (ha invertido en 21 empresas desde sus inicios).

El director general de Lanzadera, Javier Jiménez, destaca: «Nos sentimos en parte responsables del ecosistema emprendedor de la Marina por ser una de las primeras entidades ubicadas en este entorno, que estaba más limitado al ámbito náutico. Si bien es cierto que nosotros abrimos el camino, estamos muy contentos porque otras entidades han ayudado a hacerlo mucho más grande, sumándose en la configuración de lo que ya podemos llamar un polo empresarial. Para la ciudad es hoy un espacio abierto, cada vez más visitado y que tiene un compromiso con el emprendimiento y la innovación. Desde Marina de Empresas trabajamos para contribuir a la generación de riqueza y empleo, y no solo a nivel local, sino con una proyección de València para el mundo». Jiménez incide en la transformación de esta zona del puerto. «Parece mentira que llevemos 4 años aquí. En este tiempo hemos visto evolucionar los espacios de una forma muy rápida, y cada vez coge más velocidad€ más empresas e instituciones se acercan a formar parte del ecosistema que se está generando alrededor de la Marina y recibe más visitantes, más actividades y más eventos de todo tipo. En definitiva, tiene mucha más vida. Estamos deseando ser testigos de todo lo que queda por llegar».

Un nuevo impulso va a ser el centro de biotecnología vinculado la medicina Biohub VLC. El proyecto está liderado por la compañía valenciana Ética junto a un grupo de inversores locales. Los promotores han firmado con el Consorcio València 2007 una concesión de 10 años para ocupar la base 5 de la Copa América (en la zona sur, donde operó el francés Equipe Areva). Biohub va a ser el primer centro empresarial español de gestión privada especializado en ciencias de la salud (biotecnología, farmacia y tecnología vinculada a la medicina).

Los responsables del proyecto inciden en que el objetivo que se han marcado «es ayudar a consolidar el clúster regional de empresas vinculadas a las ciencias de la salud, atrayendo talento, empresas e inversión, y reforzando la marca València a escala nacional e internacional a través de la innovación, el emprendimiento y la excelencia científica».

Especialización

Sabrina Femenía, gerente de Biohub VLC, insiste en que han apostado por la especialización en biotecnología porque «es uno de los sectores con más futuro». En el centro se van a instalar una treintena de empresas. La primera que ha anunciado que se traslada al centro es Imegen, laboratorio valenciano de referencia internacional en diagnóstico genético humano.

Las instalaciones de Biohub VLC contarán con zonas de trabajo para empresas, laboratorios, salas de reuniones y un centro de eventos con capacidad para 500 personas.

Rafael Navarro, cofundador de Innsomnia (que tiene la aceleradora de startups fintech con Bankia), advierte de que la Marina «necesita una visión integral. Debería ser un gran polo de innovación con empresas del Ibex, que ahora están apostando por Málaga o Barcelona. Me gustaría que estuviera lleno de empresas tecnológicas», lamenta.

El problema de fondo son los edificios de las bases de los equipos. Las bases son complicadas de adaptar a la actividad empresarial sin partir de cero como hizo Juan Roig con las sedes de Lanzadera y EDEM. «Eran edificios efímeros que no se proyectaron para el uso actual. Nosotros hemos tardado tres años en poner a punto la nave. Ha implicado muchos trámites burocráticos. Ha sido un calvario burocrático. Estamos encantados de estar aquí, pero ha sido complicado por la falta de servicios. Nuestra calle no tiene nombre, solo llega una línea de autobús y los accesos todavía están marcados con la pintura de la Fórmula 1. No critico a los funcionarios ni al Consorcio ni al Ayuntamiento de València porque es un problema de origen», sentencia Navarro.

El director estratégico del Consorcio València 2007 apunta que ahora trabajan para que los tinglados 4 y 5 (donde estaban los boxes de Fórmula 1) sean utilizados por empresas vinculadas a la innovación. La idea es habilitar un espacio permeable como el Mercado Colón con módulos de trabajo y que esté operativo en 2022.

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