Vuelta a 2008. Como en un dejà vu, regresa a la actualidad la guerra que en el pasado ya libró la aerolínea más potente del aeropuerto de València, Ryanair, con la Generalitat. La Comisión Europea anunció ayer la apertura de una investigación sobre los 9 millones en ayudas públicas que la Generalitat pretende conceder a Air Nostrum para renovar su flota con aviones más sostenibles y eficientes. En concreto, Bruselas busca determinar si el plan de la Generalitat viola o cumple la normativa en materia de ayudas estatales de la UE.

Esta investigación, «preliminar», según fuentes conocedoras del proceso, es consecuencia de una denuncia de Ryanair. La compañía irlandesa ya insinuó sus intenciones después de que en diciembre de 2016 la Generalitat anunciara un acuerdo de colaboración con la aerolínea de Carlos Bertomeu, que finalmente no se llevó a cabo. Frente a ese, debido a las dudas legales, finalmente se arbitraron ayudas directas a través de los presupuestos a partir de 2018, aunque la compañía, irónicamente, no ha recibido todavía ni un euro.

La nueva querella entre operador y Generalitat evoca a la tensión de hace una década, cuando Ryanair llegó a anunciar el cierre de la base de Manises en plena guerra con el Consell del PP. Por entonces, Air Nostrum se llevaba cada año el concurso de promoción, la famosa palmerita del Consell. Ryanair presionó tras no poder entrar en aquellos concursos, y finalmente licitó, muy a la baja. En 2010, se lo llevó tras ofertar 1,2 millones por un contrato presupuestado en 13,5 millones. La crisis puso fin a aquellos fondos. Por el camino, además de la amenaza de cierre de la base, se recortaron frecuencias y alguna ruta.

La Comisión «alberga dudas»

En estos momentos la situación no es tan tensa aunque desde 2016 los altos cargos de la firma no se han ahorrado críticas a la Generalitat. La aerolínea tiene cuatro aviones basados en Valencia y es responsable de más de un tercio del tráfico de pasajeros en Manises, que vive una época dorada.

Bruselas entiende que la ayuda ahora cuestionada se enmarca en los planes de protección ambiental, pero no debe «falsear indebidamente la competencia en el mercado único», por lo que va a investigar, ya que «alberga dudas».

Air Nostrum, por su parte, se reafirma en que el convenio respeta la legislación autonómica, nacional y comunitaria y que el Banco Europeo de Inversiones ya respaldó este proyecto en julio de 2017. Igualmente, alega que el sector del transporte ya ha contado con este tipo de ayudas para favorecer inversiones que minimizan el efecto medioambiental en sus flotas. Sin ir más lejos, la multinacional Ford recibe ayudas directas del Consell por proyectos ligados a la eficiencia energética.