International Airlines Group (IAG) anunció ayer que ha alcanzado un acuerdo con Globalia para la compra del 100% del capital de Air Europa, a través de Iberia, una operación valorada en torno a los 1.000 millones de euros, que supondrá un vuelco al negocio aéreo en España y en Latinoamérica. En España, Iberia tomará el control total del gran 'hub' del aeropuerto de Madrid-Barajas. Y en Latinoamérica, reforzará su liderazgo en las conexiones con Europa, gracias a la compañía aérea del grupo Globalia que había emprendido allí un ambicioso plan de expansión. Así, el acuerdo permitirá que Barajas se transforme en un verdadero rival para los cuatro aeropuertos más grandes de Europa: Ámsterdam, Frankfurt, Londres Heathrow y París Charles De Gaulle.

«Esta operación es de una gran importancia estratégica para el 'hub' de Madrid que, durante los últimos años, se había quedado por detrás de otros aeropuertos europeos. Tras este acuerdo, Madrid podrá competir con otros aeropuertos europeos en igualdad de condiciones, con una mejor posición en las rutas desde Europa a América Latina y la posibilidad de convertirse en una puerta de enlace entre Asia y América Latina», destacó ayer Luis Gallego, consejero delegado de Iberia.

En el caso de que este acuerdo sea autorizado, la gran rival de Iberia, se convierte en la sexta aerolínea del grupo integrado además por British Airways, Vueling, Aer Lingus y Level. Iberia se haría así con la compañía aérea de uno de sus grandes rivales europeos Globalia (grupo empresarial familiar que también controla Halcón Viajes, Travelplan, BeLive Hotel).

Se espera que la operación de compra se complete en el segundo semestre de 2020. Con la absorción, Iberia conseguirá disparar un 50% sus ingresos por tráfico de pasajeros y su matriz IAG lo hará en un 10%, y también asume la flota de 66 aviones que tiene Air Europa.

La marca Air Europa será conservada inicialmente y la sociedad seguirá siendo un centro de ingresos autónomo dentro de Iberia dirigida por el consejero delegado de Iberia, Luis Gallego En 2018, Globalia alcanzó unos ingresos consolidados de 3.850 millones de euros, frente a los 3.689 millones de 2017, de los que el 52% fueron aportados por Air Europa. La aerolínea incrementó su cifra de negocios un 9,3% y superó por primera vez la barrera de los 11 millones de pasajeros.

901 millones en activos

La compañía de Globalia opera 69 rutas nacionales e internacionales (muchas se solapan con las de Iberia) con 11,8 millones de pasajeros y generó el año pasado unos ingresos de 2.100 de millones de euros y una ganancia operativa de 100 millones de euros. Air Europa obtuvo un beneficio neto de 67 millones en 2018 y sus activos sumaban un valor de 901 millones.

La aerolínea de la compañía de la familia Hidalgo estaba inmersa en un plan de expansión de su flota que esperaba alcanzar los 70 aviones en 2025: 8 aviones B787-8, 21 aviones B787-9, 9 aviones B737-800, otros 25 del modelo B737 MAX y siete ATR 72.

Para 2024, IAG espera que la absorción de Air Europa aporte 12 millones más de pasajeros, de los que 2,5 millones son de largo radio, con 10 destinos más trasatlánticos y 37 aviones adicionales. Con esta compra, IAG pasa a controlar cuatro de las seis primeras aerolíneas por número de pasajeros en vuelos nacionales en nuestro país (Vueling, Air Europa, Iberia y Iberia Express).

Sinergias

Se espera que la adquisición genere sinergias de costes a través de ventas, gastos generales y administrativos, aprovisionamientos, gastos de handling y distribución con beneficios a pleno rendimiento que deben lograrse para el año 2025.

La operación se produce en un contexto complicado para el sector aéreo, marcado por la guerra de precios en Europa con la llegada de las low cost, el incremento del precio del petróleo, el Brexit y el veto al Boeing 737 MAX. Todos estos factores hacían suponer que se iba a iniciar un proceso de concentración en el mercado. IAG ya intentó una operación similar el año pasado, cuando anunció que había comprado el 4% de Norwegian y que estaba estudiando una OPA sobre la compañía de bajo coste noruega, que no fructificó.