Daniel Matoses (Sueca, 1952) deja 18.000 afiliados al CSIF en la C. Valenciana. Dice que se va con los deberes hechos y que la central ha mejorado los índices de solidaridad y justicia en la sociedad. «Estoy convencido -dice- que el 14 de noviembre elegirán al mejor equipo para pilotar esta nueva etapa».

¿Qué espera del 10N?

Que pueda constituirse un Gobierno en España con la fortaleza suficiente para abordar los problemas que tiene la ciudadanía. Debe afrontar el paro y la crisis territorial.

Tras casi tres décadas al frente del CSIF ¿qué deberes le han quedado por hacer?

El más importante: convertir a CSIF en el primer sindicato de la Comunitat Valenciana. Hemos avanzado mucho en los últimos años. Nos hemos consolidado en el tercer puesto en cuanto a representación, entre sector público y empresa privada, y somos mayoritarios en la función pública valenciana. De hecho, en la Mesa General de Negociación I que se acaba de constituir hemos pasado del cuarto al segundo lugar. Y a este último puesto nos ha relegado la Administración después de habernos reconocido como los primeros. Esto lo vamos a recurrir.

De todos los gobiernos autonómicos que ha conocido, ¿cuál ha sido el mejor?

Ha habido unos más dialogantes y otros que han preferido imponer criterios y guiarse por consignas ideológicas antes que por pragmáticas y de interés común. El mejor conseller de Administraciones Públicas fue Fernando de Rosa (del PP, en tiempos de Francisco Camps como presidente del Consell).

¿Aún espera una reforma de calado en el sector público?

La reforma de las administraciones públicas constituye un tema muy recurrente por parte de los políticos. Cuando están en la oposición coinciden, ya sean del partido de que se trate, en demandar una administración pública institucional, reglada, independiente, profesional. Y cuando alcanzan el gobierno lo que hacen es impulsar una administración con menos regulación e incrementan el sector público instrumental en perjuicio del institucional. Para ello crean fundaciones, agencias, empresas públicas y un largo etcétera. Lo hacen para escapar del más estricto control que se produce en la administración pública institucional.

¿Sobran las diputaciones?

Sobran las duplicidades en la administración pública. Podría poner muchos ejemplos en diferentes sectores de la administración.Existe un concejal de Cultura, un diputado provincial de Cultura, un conseller de Cultura y un ministro de Cultura. Y, entre medio, multitud de agencias, fundaciones?, con lo que los recursos económicos que se tendría que dedicar a esa actuación se los come la burocracia.

La presentación del CSIF en el sector privado sigue siendo una asignatura pendiente. ¿Es partidario de fusionar sindicatos para crear una organización que pueda hacer sombra a UGT y CC OO ?

Nuestra implantación en el sector privado va viento en popa a pesar de la evidente connivencia entre CC OO, UGT, la patronal y los gobiernos de turno. Una buena prueba de ello consiste en la Ley de Participación Institucional de la Generalitat que engloba a los actores antes citados y excluye al resto, lo que constituye una competencia desleal potenciada desde la misma Administración. A pesar de ese oligopolio CSIF sigue creciendo en la privada porque los trabajadores nos ven como un sindicato útil. Preferimos la profesionalidad y la independencia.