El empresario valenciano Vicente Chaveli admitió ayer en la Audiencia provincial de València que estafó a 24 agricultores valencianos 183.000 euros en naranjas entre los años 2008 y 2009. El tribunal, presidido por el magistrado Pedro Castellano, le condenó en sentencia firme a dos años de prisión por un delito de estafa y otro de insolvencia punible después de llegar a un acuerdo de conformidad con los afectados.

El empresario se comprometió a devolver el dinero a los agricultores a plazos a cambio de suspender el ingreso en prisión por estos hechos durante los próximos cinco años. Si vuelve a delinquir o comete una nueva estafa a pequeños agricultores, la Audiencia ordenará su ingreso en prisión.

Los agricultores estafados y la defensa estuvieron negociando el acuerdo durante algo más de una hora. Según consta en el acuerdo al que las partes llegaron para que fuese ratificado ante la sección cuarta de la Audiencia, al que ha tenido acceso este periódico, el empresario deberá devolver en el plazo de seis meses 100.000 euros.

El resto, 91.500 euros porque incluye las multas, los abonará a plazos durante los doce meses siguientes. Y en los seis meses siguientes, deberá liquidar a los agricultores las costas de los abogados y los intereses generados.

Con este acuerdo, el empresario gana algo de tiempo para reunir el dinero y los afectados cuentan con todas las garantías legales para proceder al embargo de sus bienes si no cumple con los plazos. Ayer los agricultores daban por hecho que no abonará el dinero el condenado: «No nos ha pagado en once años, ¿lo va hacer ahora?».

Hasta la Ciudad de la Justicia de València se desplazaron ayer las 24 familias afectadas por la estafa de este empresario, administrador único de Chaveli Fruits SL, una empresa con sede en Gandia, muy conocida en diversas comarcas valencianas, dedicada al comercio al por mayor de frutas y hortalizas. El empresario ya había sido condenado por la vía civil, pero seguía sin abonar estas cantidades, por lo que los agricultores afectados por esta estafa presentaron una querella para recuperar el dinero.

«Mis padres han fallecido sin recuperar el dinero de sus campos de naranjas», lamentó ayer una de las afectadas en declaraciones al periódico Levante-EMV. «Hay familias a las que este empresario debe dinero desde el año 2005, pero como nadie nos apoya y no tenemos recursos, muchos no han denunciado», añadió otro familiar.

La Mercantil Chaveli Fruits SL fue constituida el día 2 de junio de 2000 con el objeto social consistente en la venta al por mayor y por menor de toda clase de frutas, verduras y hortalizas, «careciendo de actividad en la fecha de los hechos». Chaveli indujo a la empresa a «un estado de insolvencia» para no pagar a pequeños agricultores, concluyó la Fiscalía.

Testimonios de los afectados por la estafa de las naranjas

Roberto Pla es un agricultor de Montesa, de la comarca de la Costera, afectado por esta estafa. «Su padre trabajaba para una gran empresa de Canals y confiamos en él. Pero al ver que no nos pagaba y conocer que en otros pueblos había defraudado a mucha gente, nos dimos cuenta que cobrar se había convertido en una misión imposible».

Según explicaron ayer los afectados, el empresario Vicente Chaveli emitía pagarés sin fondos a los agricultores para quedarse con los cítricos y revenderlos. De este modo, afirman los querellantes, se garantizaba las mejores cosechas de la provincia de València a coste cero.

«En Montesa se aprovechó de la confianza de los agricultores que habían trabajado con su padre, que aunque le costaba siempre pagaba. Caímos en la trampa», lamenta Pla.

María José Cerdà también es de Montesa. «No nos apoyan en nada a los agricultores, solo les pedimos a los empresarios dignidad y, ya que se llevan el género que nos paguen porque es nuestro». «Entre las estafas y el precio que se paga por las naranjas, ya no se puede vivir del campo», añade.

Lucía Merino es una agricultora del municipio de Llíria, en la comarca del Camp del Túria. «Me enteré que este empresario no estaba pagando cuando ya se llevó mis naranjas», asegura Merino.

«Yo perdí 12.000 euros más los gastos que tienes, que para pequeños agricultores como nosotros es mucho dinero. Tuve que declarar esa venta y pagar los impuestos», recuerdo.