La primera fase de la campaña citrícola 2019/2020 avanza con cierta euforia en el campo valenciano. Según reflejan las cotizaciones semanales de la Mesa de Precios de Cítricos del Consulado de la Lonja de València los valores de variedades tempranas llegan a duplicar los del período anterior debido al tirón de la demanda en medio de una caída del oferta del 30 % en el campo valenciano, algo menor (entre el 15 % y 20 %) en el caso de Andalucía y Murcia, según los aforos manejados por el Ministerio de Agricultura.

La Lonja de Cítricos de València -organismo de referencia para el sector- revela que los precios medios de las clemenules y orograndes -que este año han sufrido una merma de producción en el campo valenciano de algo más de la mitad respecto al anterior- se sitúan en origen entre 3,9 y 6 euros por arroba (unos 13 kilogramos), lo que supone duplicar los precios de la desastrosa campaña 2018-2019. Entre las mandarinas en árbol, en esta primera fase de recolección, también las clemenvillas alcanzan una horquilla de entre 3,005 y 6,010 euros por arroba.

Variedades estrella

Variedades estrellaMientras tanto, las cotizaciones de las variedades estrella de mandarinas como la Nadorkott o la Tango -cítricos protegidos por los que hay que pagar royalties por cultivar y comercializar- se llegan a pagar a 1 euro el kilogramo en origen (es decir, casi 13 por arroba). En el capítulo de las naranjas, la subida es menor. Así, las navelinas registran cotizaciones de entre 2,254-3,005 euros, un 30 % algo superior a las máximas de la temporada anterior. También por las lane-late (hasta 4,357 euros/arroba), todavía en el árbol, se realizan operaciones a estas alturas de la temporada a diferencia del año pasado.

El tirón de la demanda por parte de los operadores se produce en medio de una clara reducción de la oferta en las áreas citrícolas de toda España. De hecho, la Conselleria de Agricultura estimó una cosecha de 2,91 millones de toneladas. Ese volumen es un 28,1% y de 1,14 millones de toneladas inferior al balance definitivo de cosecha citrícola de la pasada campaña, que se elevó a 4,05 millones de toneladas. Pese a la mejora de los precios, el optimismo cae cuando se habla de rentabilidad para los productores citrícolas. Según fuentes de AVA-Asaja, «la caída tan grande de producción, que en algunas frutas se sitúa por encima del 50%, y dada la estructura de costes la pérdida de rentabilidad de los agricultores, continúa siendo manifiesta». La citada pérdida de volumen naranjero cosechado en los campos valencianos, según técnicos del sector, tiene que ver con la vecería o alternancia, fenómeno por el cual los frutales alternan fuertes cosechas con años de poca cosecha. Los factores meteorológicos ha tenido menor impacto en dicha merma.

El secretario general de la Unió de Llauradors, Carles Peris, también destaca que el alza de cotizaciones no compensará la pérdida de rentabilidad para los agricultores tras el descenso de cosecha y que en el caso de las clemenules ha llegado a perder hasta un 60 % respecto a la anterior. «Ganarán dinero los que tengan mucha fruta en sus explotaciones pero en líneas generales se está trabajando con menores volúmenes», apunta Peris.

Europa está tirando de la demanda debido al frío intenso de estas últimas semanas. Además, la cosecha se está quedando corta en países de la cuenca del Mediterráneo competidores de España como Marruecos, Túnez, Turquía o Egipto. Por otro lado, las exportaciones de Sudáfrica al viejo continente han sido menores de las esperadas cuando este país austral cierra ya su temporada naranjera.

Sin envíos a EE UU

Entre los factores negativos Peris recuerda que este año ha quedado paralizada la exportación de mandarinas a Estados Unidos a causa de los aranceles del gobierno de Trump. Por eso, el Puerto de Castelló ha perdido el envío de 10.000 toneladas.

Respecto a este asunto, el pleno del Parlamento Europeo pidió ayer apoyo «urgente» para los agricultores afectados por los aranceles sobre productos comunitarios tras el fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) por los subsidios al fabricante europeo de aviones Airbus. La Eurocámara asegura que la Unión Europea debe actuar «con rapidez» para ayudar a los agricultores afectados y usar para ello todos los instrumentos de mercado existentes.

EE UU, lejos de sancionar la industria aeronáutica, ha gravado con aranceles en un 25% algunos productos, entre los que se incluyen cítricos, vinos y quesos.