La renuncia de José Vicente González a seguir al frente de Feria València y de Vicente Lafuente para relevarle ha dejado una patata caliente a las administraciones públicas y a las organizaciones empresariales y ha empezado a generar esos movimientos telúricos tan habituales, ahora para ver cómo se resuelve la sucesión de González, prevista para el patronato del próximo diciembre, cuando finaliza su mandato. No es fácil porque la renuncia de ambos dirigentes frena las aspiraciones de otros empresarios con peso y solo abre la puerta a personajes de poco relieve ajenos al estigma de ser el tercer plato, tal como aseguraba un dirigente consultado por este diario. Tampoco hay que olvidar las «enemistades» más o menos latentes entre algunos protagonistas de este asunto.
En un principio, cuando González y Lafuente ?este último buscado por la conselleria de Economía (Compromis) y que concitaba un consenso general- renunciaron con un día de separación entre sus respectivos anuncios, se extendió la opción de que quedara vacante la plaza de la presidencia de Feria Valencia. El cargo en el comité ejecutivo ?el patronato lo preside el alcalde de la ciudad, Joan Ribó- se lo repartirían el director general de la institución, Enrique Soto, en su parte ejecutiva, mientras que la representativa recaería en un empresario miembro del patronato o el comité que algunos señalaron que podría ser el presidente de la Cámara de Comercio de València, José Vicente Morata. Todo ello en el entendido de que sería una fórmula temporal, el tiempo que faltara por resolver la endemoniada situación de la subrogación de la deuda a la Generalitat y el cierre de un acuerdo sobre el futuro modelo ferial, es decir si su control sería público o privado. Luego incluso podría retomarse la opción Lafuente.
No obstante, las fuentes consultadas aseguran que esa propuesta, salida desde el seno de la patronal, en realidad lo que pretendía era impedir que prosperara la candidatura alternativa de Morata. La conselleria de Economía y en especial su subsecretario, Natxo Costa, se habían quedado descolocados por las renuncias de González y Lafuente. Tras hacerse públicas , dijeron que tenían un par de alternativas, pero también que no les parecía mal la opción de la patronal. Las citadas fuentes apuntan que una de esas alternativas era Morata y la otra el presidente de la patronal autonómica CEV, Salvador Navarro. No obstante, ambas fueron descartadas de inmediato, al parecer por la negativa del conseller de Economía, Rafael Climent, a propiciar duplicidades en los cargos de representación institucional.
Respuesta conjunta
Fue en ese momento cuando desde la patronal se prepara una respuesta conjunta de las organizaciones empresariales, que, tras la renuncia pública de González y Lafuente, proponen, como ha quedado dicho, que quede vacante la presidencia ferial hasta que se solucione el problema de fondo y que los empresarios (léase la patronal) participen del debate sobre el modelo ferial, del que hasta ahora habían estado ausentes, al igual que la Cámara. Es una idea que tiene un objetivo añadido: frenar las supuestas ambiciones de Morata.
Según las diversas fuentes consultadas, el presidente cameral ?esta corporación es una de las tres patas en las que se sustenta el patronato ferial junto al Ayuntamiento y la Generalitat- aspiraría al cargo temporal y en la patronal temían que acabara perpetuándose. Por su parte, aunque no fue consultado por el conseller, Navarro aseguró a Economía con posterioridad que no hubiera aceptado el cargo. La patronal se movió para frenar a Morata, aunque en la CEV hay conciencia de que esta posibilidad no está del todo anulada y de que el presidente cameral sigue moviendo hilos para lograr su objetivo, a pesar de que no cuenta con los aplausos de Economía, el departamento que tutela las cámaras y las ferias.
Seguramente por este cúmulo de circunstancias, las fuentes consultadas aseguran que desde diversos ámbitos se ha presionado a González para que continúe al frente de la institución más allá de diciembre. Se trataría de una solución temporal, pero la perspectiva de que se alargue aún mucho más en el tiempo imposibilita esta opción, además de la dificultad de que alguien como González dé marcha atrás en una decisión anunciada ya a los medios. «Si fuera un mes, vale, pero esto puede durar dos años», dijo el todavía presidente ferial ante la propuesta.
