La fruta tropical que se consolida, sin duda, es el aguacate. Mientras hace diez años tan solo contaba con un centenar de hectáreas este año ya suma casi 1.500 hectáreas tras la demanda en toda Europa y sus buenos precios en los mercados exteriores. De hecho, la Comunitat ya cuenta con grandes explotaciones antes dedicadas a los cítricos. También las tierras de granados habían crecido mucho pero en el último año se han estancado con 4.596 hectáreas. Entre los tropicales el kiwi no consigue consolidarse en el campo valenciano pese al tirón de los últimos tiempos ya que en 2019 pierde un centenar de hectáreas respecto al ejercicio anterior. «Algunas frutas tropicales tienen futuro porque hay demanda en el toda Europa. Hay perspectivas de crecer en el mercado y se están buscando nuevas zonas», explica Peris.
Nuevas plantaciones
Las plantaciones de tomates, calabazas, escarolas y varios tipos de lechugas permiten mantener el crecimiento en la labranza de hortalizas. El apio ha registrado un espectacular crecimiento, al pasar de 14 a 561 hectáreas desde 2008. Por el contrario, se han dejado de cultivar habas y guisantes verdes, cuyos cultivos ya son residuales en la Comunitat Valenciana. Y en el conjunto de España, según este último informe del ministerio, se aprecian incrementos de superficie en todos los frutales por la expansión que han experimentado el almendro y el pistacho fundamentalmente, seguidos en menor medida por aguacate, nogal y castaño.
