El sector de la automoción está inmerso en una transformación radical por la batalla emprendida por algunos gobiernos, sobre todo europeos, contra las emisiones de CO2. Las grandes compañías automovilísticas se han lanzado a fabricar coches híbridos, eléctricos y propulsados a gas a pesar de que no está claro cuál será el motor del futuro. Los expertos aseguran que en los próximos años veremos convivir varios sistemas: hidrógeno y gas más enfocados al transporte de mercancías e híbrido y el eléctrico dirigidos al automóvil. Estas ideas se lanzaron ayer en la jornada organizada por Levante-EMV y la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) en la que participaron José María Desantes, catedrático y director de la cátedra de Motores Térmicos de la Universitat Politècnica de València; Empar Martínez Bonafé, directora general de Energía de la Generalitat; Joaquín Longares, delegado de Iberdrola en la Comunitat Valenciana; y Jaime Agramunt Font de Mora, directivo de la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y presidente de la Asociación de Operadores y Actividades Auxiliares y Complementarias del Transporte. La jornada la abrió Eva Blasco,vicepresidenta de la CEV, y la cerró Arcadi España, conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad. En el acto estuvieron, entre otros, el presidente de la CEV, Salvador Navarro; el director general de relaciones institucionales de Levante-EMV, Julio Monreal; y la directora del periódico, Lydia del Canto. La jornada la moderó Gemma Martínez, subdirectora del diario y responsable de Economía.

El encuentro arrancó con una ponencia sobre el futuro de la movilidad del catedrático José María Desantes. El director de la cátedra de Motores Térmicos de la UPV advirtió de la imposibilidad de predecir como será el futuro. «No lo sabe nadie. Es un problema porque lastra las inversiones en investigación y desarrollo, ya que no está claro qué tecnología se impondrá», alertó el catedrático.

«Los motores que conocemos actualmente están llamados a extinguirse por las políticas de reducción de contaminación. Los derivados del petróleo están muertos», admitió. La apuesta por reducir la contaminación es sobre todo europea. Desantes incidió en que «Europa solo produce el 15 % de las emisiones de CO2. Solo desde Europa no resolveremos el problema».

Jaime Agramunt Font de Mora coincidió con el catedrático de motores en que en el transporte de mercancías «realmente a fecha de hoy no hay una alternativa clara» a los motores de combustión propulsados por gasóleo. «Hay quien habla del motor eléctrico, pero no es una opción para el transporte. El gas tampoco es una solución definitiva porque no deja de ser un combustible fósil. Los motores de hidrógeno todavía no están desarrollados». El directivo de la patronal del transporte insistió en que los propios fabricantes no tienen clara cuál va a ser la alternativa. «Hace diez meses, mantuvimos una reunión en Ávila con los principales fabricantes de camiones (Scania, Man y Mercedes) y no se pusieron de acuerdo en cuál será la tecnología del futuro. Mercedes nos dijo: 'No lo sabemos, pero lo estamos intentando'. Si ni ellos lo saben, cómo vamos a enfocar nosotros nuestras inversiones para renovar las flotas de camiones», se preguntó Jaime Agramunt.

Empar Martínez Bonafé se mostró convencida de que en los próximos años van a convivir diferentes sistemas de propulsión. «Estamos en un momento crítico debido a la incertidumbre. La electrificación de la economía está impulsando la I+D de nuevas tecnologías. Lo único que tenemos claro es que cualquier escenario pasa por la diversidad tecnológica. No habrá un solo modelo de movilidad. Tendremos coches eléctricos, de hidrógeno, propulsados a gas y que utilicen biocombustibles. Cada una de estas tecnologías tiene ventajas e inconvenientes. Apostar solo por el vehículo eléctrico es un error, van a convivir varias tecnologías», aseguró la directora general de Industria. Empar Martínez Bonafé opinó que el gas «puede ser una tecnología de transición», sobre todo en algunas modalidades de transporte. «Aunque tiene detractores, es una tecnología que no se debe desechar. Hoy por hoy ofrece una alternativa a otros derivados del petróleo y es menos contaminante», señaló.

La directora general de Energía de la Generalitat insistió en que hoy por hoy no se debe rechazar ninguna alternativa a los combustibles contaminantes. «Hay que poner en valor el esfuerzo de la industria automovilística por reducir las emisiones de CO2 y partículas de NO2 (óxido nitroso) que son las que más influyen en la salud. Hay que potenciar cada una de las tecnologías donde ofrezcan un mayor rendimiento», señaló.

Empar Martínez Bonafé incidió en que «lo incuestionable es la necesidad de la descarbonización y parece que el hidrógeno jugará un papel esencial. ¿Por qué no acaba de despegar? Yo creo que el hidrógeno es una tecnología que todavía no está lo suficientemente madura. Los depósitos tienen que estar bien protegidos y todavía pesan demasiado. Puede ser una alternativa para el transporte pesado porque además los camiones los conducen profesionales que están más preparados para controlar los posibles peligros».

Una década

El representante de la patronal de los transportistas aseguró que está convencido de que en diez años «todas estas dudas estarán resueltas. El problema es que con este tipo de inversiones hay que ser muy cauto. Si te adelantas al modelo que finalmente se va a imponer puedes arruinar tu empresa y si no eliges el momento adecuado para cambiar la flota te puedes quedar fuera del mercado. Ahora se habla del gas, pero es una tecnología de transición que se quedará obsoleta. Un camión cuesta entre 100.000 y 150.000 euros. Estamos hablando de inversiones muy grandes en las que no te puedes equivocar», señaló Jaime Agramunt. El directivo de la Federación de Empresarios del Transporte sostuvo que los motores eléctricos pueden ser una alternativa viable para los utilitarios, pero no es una opción para los camiones por su escasa autonomía.

Electrificación

Joaquín Longares subrayó que el compromiso del Gobierno es que «en 2030 el 74 % de la producción energética sea renovable» y se mostró convencido de que «los coches eléctricos tendrán un peso importante». «Nosotros somos facilitadores de energía. Trabajamos en el desarrollo de puntos de recarga que faciliten el desplazamiento en distancias medias y ayudamos a planificar la infraestructura en las ciudades», indicó el delegado de Iberdrola.

El conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España, recordó que el grado de concienciación que existe actualmente en la lucha contra el cambio climático «crece exponencialmente y está presente en la agenda política. La lucha contra el cambio climático ha pasado de ser una preocupación política a ser una preocupación social. El 27 % de las emisiones de CO2 en España proviene del transporte, de ahí la necesidad de apostar por una movilidad sostenible».

Arcadi España destacó que «la descarbonización pasa por la electrificación. Debemos apostar por una transición ecológica justa. Un equilibrio entre desarrollo económico y respeto ambiental. No se trata de parar la economía, se trata de crecer mejor».