El Banco de Valencia fue la cuarta entidad financiera en la que el Estado, a través del Frob, tuvo que inyectar más dinero en su rescate. Ahora bien, fue la más cara de todas en función de su menor tamaño. El citado fondo público dio a conocer ayer un informe en el que hace balance de sus diez años de actividad. Del total de ayudas concedidas, la cantidad más elevada correspondió a Bankia, fruto de la fusión de la valenciana Bancaja, Caja Madrid y otras cinco entidades menores. Fueron 22.424 millones. A continuación se situó la antigua Catalunya Caixa, con 12.599. Después, Novacaixagalicia, con 9.404, y, en cuarta posición, el Banco de Valencia, con 6.103 millones.

No obstante, el Frob se detiene a analizar la magnitud del dinero destinado a cada entidad en función de su tamaño, lo que también es un indicativo del nivel de destrozo que provocaron los gestores que las condujeron al pozo. Y ahí el campeón es el Banco de Valencia. El Frob mide dos variables. En porcentaje sobre el total de activos, la entidad adjudicada por un euro a finales de 2012 a CaixaBank ocupa la primera posición con un 25,9 % del total. La segunda plaza es para Catalunya Caixa, con un 16,6 %, la tercera es para Novacaixagalicia, con un 14,1 %, la cuarta para CajaSur, con un 7,7 % y la quinta, exaequo con el Banco Gallego, para BFA-Bankia, ambos con un 7,5 %.

El segundo indicador son los activos ponderados por riesgo, que, fundamentalmente, son los préstamos concedidos por un banco cuya devolución no está plenamente garantizada. Aquí de nuevo el Banco de Valencia ocupa la primera posición, en este caso con un 37 %. Este escalafón tiene en la segunda plaza a Catalunya Caixa, con un 25,9 %, seguida por Novacaixagalicia, con el 18,2 %, y por BFA-Bankia, con el 12,3 %. Cabe destacar que de todas las citadas solo esta última, controlada por el capital público, se mantiene en el mercado.

De los mencionados 6.103 millones destinados al Banco de Valencia, 5.498 fueron inyección de capital y 605, garantías, de las cuales 439 corresponden al Esquema de Protección de Activos (EPA) con que se protegió a CaixaBank tras serle adjudicada la entidad. El Frob sitúa en 5.917 millones el importe de las recuperaciones, pero solo 42 de ellos proceden del banco valenciano. Y 346, de BFA-Bankia.

El informe menciona también a la alicantina CAM, colocada por un euro al Banco Sabadell en 2011. El coste del rescate ascendió en su caso a 12.474 millones. No obstante, el dinero con que fue salvada -en realidad, se trataba de salvar los ahorros de sus clientes- procedió en su mayoría del Fondo de Garantía de Depósitos, que se nutría con aportaciones de las propias entidades financieras.

El Frob detalla que las ayudas a los bancos y cajas ascendieron a 58.871 millones. De ellos, 43.664 correspondían a capital, 12.881 a instrumentos híbridos y 831, a EPA.