La industria está tirando de la recuperación del empleo en la Comunitat Valenciana, según revela un informe de Cámara Valencia. A pesar de los nubarrones, la economía valenciana ha recuperado el pulso en 2019 con un crecimiento del 2,1 % frente al enfriamiento de los dos últimos trimestres de 2018. La clave está en la buena evolución de las exportaciones (salvo las de automóviles y la del petróleo de la factoría de BP en Castelló). De hecho, la industria está creando empleo por la recuperación del mercado exterior.

A falta del último trimestre de 2019, según las estimaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), la economía valenciana ha crecido a un ritmo estable del 2,1 % a lo largo de todo 2019, similar al de la economía española. Esta estabilidad del crecimiento contrasta con la notable desaceleración sufrida en la segunda mitad de 2018 (cuando pasó del 3,1 % al 1,8 % en tan solo dos trimestres). Este dinamismo ha permitido seguir generando empleo y converger hacia la media europea (al crecer el PIB de la eurozona el 1,28 %).

El análisis de la cámara destaca que el crecimiento económico de la Comunitat Valenciana se ha visto reflejado en el mercado laboral, que mantiene su mejoría. El empleo ha aumentado a un ritmo del 2,1 % hasta el tercer trimestre de 2019, tasa muy similar a la de 2018 (2,8 %) y por encima de la media nacional (1,8 %). El número de parados ha mantenido su descenso, si bien el ritmo de creación de empleo es inferior al registrado en los años anteriores. La tasa de paro de la población activa se ha reducido hasta el 13,9 %, más de un punto porcentual por debajo del año anterior. El estudio subraya que el sector donde más empleo se ha creado ha sido el industrial (10 % interanual en el tercer trimestre) seguido del de servicios (0,8 %).

El análisis de Cámara Valencia explica que la actividad industrial en la C. Valenciana se ha recuperado a lo largo de 2019 tras el estancamiento que sufrió en 2018. El índice de producción industrial ha crecido un 1,6 % frente al 0,7 % de la media española. Las industrias que más han crecido han sido las de material y equipo eléctrico, maquinaria, productos minerales no metálicos, baldosas cerámicas y madera. La buena evolución de la industria valenciana se debe a la recuperación de algunos mercados exteriores y al dinamismo de la demanda interna. Además, la industria se ha beneficiado del desplome de los precios de la energía (por la caída del coste del gas).

Inversión en bienes de equipo

Los bajos tipos de interés, la reducción del endeudamiento empresarial y la buena marcha de la economía española han favorecido la confianza industrial, lo que ha provocado un aumento de la inversión en bienes de equipo. En concreto, las importaciones de bienes de equipo han crecido un 14 % y la producción un 16 % hasta el mes de octubre.

Otro motor esencial de la economía valenciana es la construcción. El sector mantiene su dinamismo: las viviendas en proyecto han aumentado un 18,5 % hasta septiembre de 2019, y los inmuebles siguen creciendo a un ritmo muy superior al 4 %. Sin embargo, el comportamiento está siendo muy desigual geográficamente ya que Castelló está muy por detrás de Valencia y Alicante.

Por contra, la obra civil sufre la paralización política y la falta de nuevos presupuestos públicos: la licitación oficial (tanto nacional como autonómica) ha retrocedido un 23,2 % hasta octubre. En su conjunto, el empleo en el sector de la construcción ha retrocedido entre el segundo y el tercer trimestre del año un 3 %.

El sector servicios, otro eje clave de la economía valenciana, ha mantenido el ritmo de crecimiento alcanzado en 2018 frente a la desaceleración que ha seguido registrándose a nivel nacional. Sin embargo, este dinamismo no se ha visto reflejado con la misma intensidad en el mercado laboral, al crecer el número de ocupados tan solo un 0,8 % en los nueve primeros meses de 2019 frente al 4,6 % de 2018. Según el índice del comercio minorista elaborado por el INE, las ventas han experimentado a lo largo de 2019 una senda de recuperación tras el bache sufrido a mediados de 2018.