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La patronal teme que MSC se vaya si no puede trasladarse a la terminal norte

La organización apoya en sus alegaciones el proyecto de ampliación del puerto de València

Actual terminal de MSC en el puerto de València. fernando bustamante

Lo han dicho por activa y por pasiva los dirigentes de la patronal autonómica CEV en estos meses de intenso debate sobre la ampliación norte del Puerto de València, una operación que los directivos del recinto del Grao consideran indispensable pero que cuenta con la oposición del ayuntamiento de la ciudad que lidera Compromís a través del alcalde Joan Ribó. Ahora, la organización empresarial lo acaba de ratificar blanco sobre negro en las alegaciones que ha presentado ante el citado proyecto y en las que muestra su apoyo total a la futura infraestructura porque, de no consumarse, podría implicar la salida del operador MSC y conllevar «pérdidas irreparables» para la economía valenciana.

MSC tiene previsto invertir mil millones en la nueva terminal, que estaría finalizada en 2026. La creación de empleo se estima en 3.000 plazas. Sin embargo, Compromís -también en la Generalitat- ve con serias objeciones este proyecto por el impacto medioambiental.

En un escrito al que ha tenido acceso este diario, la organización que preside Salvador Navarro enuncia las alegaciones que presentará en virtud del anuncio publicado en el Boletín Oficial del Estado el pasado 13 de diciembre en el que la Autoridad Portuaria de València (APV) procedió al inicio del trámite de información pública de la adjudicación a TIL, filial de MSC, de la construcción y adjudicación de la mencionada terminal de contenedores. El documento ha sido remitido a los asociados de la patronal para recabar su eventual apoyo a dicha infraestructura y deben hacerlo antes del 13 de enero

En primer lugar, la CEV asegura que la nueva infraestructura tiene su origen en el plan estratégico de la APV presentado en 2002. En el mismo, «y en función de las previsiones de tráfico, que vienen cumpliéndose a lo largo de los últimos veinte años, se establece la necesidad de aumentar la capacidad del puerto de València si este quiere seguir manteniendo su status de hub mixto interoceánico y de ese modo cumplir con la misión que dicho plan establece: favorecer la competitividad exterior del tejido económico y social de su área de influencia».

En relación con esto, la patronal recuerda que la Comunitat Valenciana destaca «por una marcada presencia en su economía del comercio exterior» y añade que un puerto como el del Grao «es una herramienta imprescindible para la competitividad del comercio exterior» de la autonomía, «debido al abaratamiento de los costes logísticos que supone ser un hub y la consiguiente ventaja competitiva del import/export frente a sus competidores».

En tercer lugar, la CEV trae a colación el informe del impacto económico del puerto elaborado por la Universidad Politécnica de València con datos de 2016. En el mismo se asegura que «el efecto de creación de empleo directo, indirecto e inducido supera los 38.800 puestos de trabajo (el 2,09 % del empleo total de la autonomía); supone 2.500 millones de euros en Valor Añadido Bruto (el 2,39 %); más de 1.243 millones en salarios (el 2,62 % del total) y 181 millones en ingresos fiscales. Por tanto, no llevar a cabo la finalización de la nueva terminal norte supondrá poner en riesgo todas estas cifras con el consiguiente quebranto para la economía de la Comunitat Valenciana».

Saturación

A continuación, la patronal constata que MSC es una de las tres terminales marítimas de contenedores que operan en el puerto de Valencia, «siendo su nivel de saturación actual del 97,8%. Teniendo en cuenta, de acuerdo con estudios generalmente aceptados, que una terminal empieza a generar ineficiencias con una saturación del 80%, si MSC no puede trasladarse a la terminal Norte, supondrá un abandono de sus actuales instalaciones en el puerto de València, lo que conllevará que el puerto vaya hacia el decrecimiento y la economía a la que sirve entrará en pérdidas irreparables».

La quinta alegación se centra en recordar el alcance de la inversión de MSC, que fue la única oferta presentada a este concurso, y el empleo que generará. La última hace referencia a que el pliego de condiciones exige que la terminal sea, en una primera fase, semi-automatizada, «lo que va a suponer una relevante innovación tecnológica en la gestión de terminales en la Comunitat Valenciana que tendrá un efecto doble: por una parte incorporará tecnologías que hasta ahora no han tenido implantación en la autonomía, lo que supondrá un efecto de "salto tecnológico", y, por otra parte, obligará a las terminales competidoras a subirse al "carro de la innovación tecnológica" lo que conllevará una mejora en la eficiencia del puerto de Valencia y una ganancia de competitividad».

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